Las 'boutiques' de lujo refuerzan su presencia en el paseo de Gràcia

Si el consumidor piensa en tiendas de lujo en Nueva York, se dirigirá a la Quinta Avenida. En Barcelona, lo más parecido es el paseo de Gràcia, que en los dos últimos años ha desplazado a la avenida Diagonal como eje comercial de alto nivel. Dolce & Gabbana abrirá su primera tienda en Barcelona en Navidades, Valentino lo hará en septiembre y Gucci inaugurará su local en junio. Se añaden a otras boutiques selectas, todas destinadas a convivir con su versión barata, las falsificaciones de los vendedores ambulantes.

La firma italiana Dolce & Gabbana se instalará en la parte alta del paseo de Gràcia, el número 95, en el local que la firma de zapatos Yanko acaba de cerrar a causa de su crisis económica. Es un local de 600 metros cuadrados en dos plantas y sólo por su traspaso se ha pagado la friolera de 1,9 millones de euros, según fuentes del sector inmobiliario. El precio medio del alquiler en esta calle ronda los 145 euros por metro cuadrado y mes, de modo que por una superficie de 600 metros cuadrados el alquiler asciende a 87.000 euros.

Los diseñadores italianos serán vecinos de Valentino, que abrirá en el 108, en la acera de enfrente. "Valentino llevaba tiempo buscando un local en el paseo de Gràcia, que es el que concentra en el segmento del lujo", dice Dolors Giménez, directora de locales comerciales de CB Richard Ellis, la consultora inmobiliaria que ha mediado en la operación.

No pensaron en la avenida Diagonal. El paseo de Gràcia ha desplazado a esta avenida como centro neurálgico de la opulencia "porque se ha beneficiado del tirón turístico, y los turistas no pasan por la Diagonal", explica Samuel Asperilla, jefe de locales en calle de Jones Lang La Salle. La muestra más palpable de ello es que Gucci ha decidido cerrar su local de Diagonal para instalarse en el número 76 del paseo de Gràcia.

Éstas son son las únicas aperturas previstas para los próximos meses. Escada, que ya tiene una tienda en el paseo, abrirá un local de Escada Sport (su línea básica) en una antigua óptica, en el número 71.

La cadena de lujo que quiere instalarse en una ciudad como Barcelona no busca sólo una ubicación céntrica, sino también un entorno que le otorgue distinción. En este sentido, Dolors Giménez explica que "no es lo mismo ser vecino de una tienda como Montblanc que estar situado entre un aparcamiento y un local de bocadillos, por muy céntrico que sea el sitio".

Los alquileres más caros de la capital catalana, con todo, no se pagan en este paseo, sino en el Portal de l'Àngel, donde la oferta de los comercios es mucho más asequible, pero el precio que se paga por metro cuadrado y mes se dispara a más de 160 euros.

Además de las tiendas de élite, en el paseo de Gràcia también las hay con productos a precios más módicos, sobre todo en los primeros números, junto a la plaza de Catalunya. Inditex abrirá una gran tienda -probablemente de Bershka- en el número 7, en la actual sede de Citibank, según fuentes del mercado inmobiliario. Próximas están otras tiendas juveniles, como Miss Sixty y Puma, y la de la asequible cadena H & M.

"Tradicionalmente los establecimientos más populares y juveniles se ubicaban en la parte baja del paseo, y el lujo en la alta, pero ahora han entrado tanto operadores que se instalan donde pueden", explica Samuel Asperilla.

Imitaciones

Dentro de la misma calle hay unos tramos más calientes que otros, hablando en términos del mercado inmobiliario: en la acera de números impares apenas varían los precios, pero en la derecha, los locales de La Pedrera hacia arriba, más cercanos a la confluencia con la Diagonal, resultan algo menos atractivos, según Jones Lang La Salle.

Chanel, Armani, Loewe y la zapatería Bally son algunos de los primeros establecimientos que llaman la atención del transeúnte que enfila el paseo hacia arriba. Éstos y sus particulares competidores, el álter ego democrático del glamour: las copias.

"Míralo, oye, míralo, es el mismo bolso", dice un joven africano con un modelo de Louis Vuitton en las manos. Es una bolsa bandolera con el estampado tradicional de esta marca, y en su interior, grabado en piel, se puede leer: "Made in France". Dos calles más arriba hay una imponente tienda de la conocida marca francesa, que vende los bolsos auténticos.

El profano no es capaz de detectar diferencias notables: "A veces se hacen en el mismo sitio y se pierde una parte, pero es lo mismo", asegura el vendedor. Lo ofrece por 35 euros, pero no hay tiempo para el regateo, porque en un instante tira de unas cuerda para recoger la manta que tiene en el suelo con el resto del género y sale de escena a toda prisa con otros vendedores ambulantes.

Falsificaciones de bolsos, carteras y gafas de sol cada vez más perfeccionadas también tienen su barrio en la parte baja del paseo de Gràcia. Los africanos que se dedican a vender imitaciones de artículos de lujo comentan que la Guardia Urbana actúa con mano más dura de un tiempo a esta parte.

Según fuentes del sector inmobiliario, los comerciantes de la zona han reclamado al Ayuntamiento un mayor control de este comercio ilegal. De hecho, una de las líneas estratégicas de la promoción turística de la capital catalana consiste en potenciarla como ciudad de compras y por ello se creó el eje Barcelona Shopping Line.