Grupos radicales arrojan bolsas con pintura contra tres sedes del PNV
Los violentos atacan también la fachada de la casa de un edil socialista en Azpeitia
La violencia callejera ha resurgido este fin de semana en el País Vasco, casi dos meses después de que ETA declarara el alto el fuego permanente -el 22 de marzo- y muy poco después de que el portavoz de la ilegalizada Batasuna Arnaldo Otegi declarara en público que se vive un momento de "extrema gravedad" por las actuaciones judiciales contra la izquierda abertzale.
El ambiente comenzó a caldearse el viernes por la tarde, cuando la Ertzaintza impidió la celebración de concentraciones convocadas por la organización juvenil Segi, también ilegalizada, ante las sedes del PNV y el PSE. En los altercados registrados a partir de las 19.30 horas en Vitoria, los agentes detuvieron a diez personas que fueron puestas en libertad ayer por la mañana, una vez concluidas las correspondientes diligencias policiales.
No fue más que el comienzo de una noche llena de incidentes. Los radicales se cebaron con los nacionalistas en tres localidades; en todos los casos, arrojando pintura contra las fachadas de sus sedes. Lo hicieron primero en la localidad vizcaína de Getxo poco antes de la medianoche con pintura roja; después en la vecina Leioa y más tarde, sobre la una de la madrugada, en Azpeitia (Guipúzcoa). Fue precisamente en este municipio donde también atacaron la vivienda de la única edil socialista: Manuel Uranga Segurola, que ha sido objeto de cuatro ataques similares en los últimos años. Los agresores utilizaron para estos dos últimos sabotajes bombillas rellenas de pintura roja y amarilla. El último acto violento de la noche sucedió a las 2.15 en la sede del PNV de Galdakao (Vizcaya). Así se elevan a seis los ataques sufridos por el partido nacionalista en apenas 24 horas.
El PSE-EE condenó ayer este rebrote de la violencia callejera y reprochó a Otegi que sea "más exigente" con la democracia y el Estado de Derecho que "consigo mismos". Lo hizo por boca de su portavoz parlamentario, José Antonio Pastor. También la presidenta del PP de guipúzcoa, María José Usandizaga, condenó estos actos afirmando que "la presión y el acoso contra algunos partidos siguen igual con o sin el alto el fuego".
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