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Condiciones para aceptar la secesión

La Unión Europea evitó en 2002 que prosiguiera la descomposición de la ex Yugoslavia con otra secesión en una zona tan turbulenta como los Balcanes y logró que Belgrado y Podgorica siguieran juntas en el nuevo Estado: Serbia y Montenegro. Podgorica aceptó a regañadientes con la condición de que la nueva Constitución común aceptara el derecho a la autodeterminación. El Estado ha sido en estos años más virtual que real. Finalmente, Montenegro ha logrado que la comunidad internacional apruebe la organización de un referéndum, aunque con reglas específicas: para que se valide la secesión no es suficiente el 50% de los votos afirmativos, sino que se exige el 55% de apoyo con una participación superior al 50%.

El segundo punto es irrelevante -todos los expertos auguran una participación superior al 80%-, pero establecer el 55% de síes en lugar del 50,1% indigna al bloque independentista. "¡Díganle a Solana [jefe de la diplomacia de la Unión Europea] que a ver cómo me explica que el 46% sea más que el 54%!", exclama un hombre de unos 50 años cuando escucha hablar castellano antes del mitin final de los independentistas, en Podgorica.

La exigencia de la mayoría reforzada para sancionar la independencia deja una zona gris -entre el 50% y el 55% de síes- que podría dar pie a equívocos e inestabilidad. Es el escenario que más temen los expertos. Pero sin esta condición probablemente no habría referéndum. La regla ha sido clave para que la minoría serbia aceptara las reglas del juego y no boicoteara los comicios, con lo que la posibilidad de turbulencias sería indudablemente mayor.

La mera celebración de un referéndum de independencia es visto con entusiasmo por distintos grupos nacionalistas de Europa -entre ellos, nacionalistas catalanes y vascos-, que han convertido Montenegro en un nuevo referente. El lehendakari, Juan José Ibarretxe, ha subrayado en varias ocasiones su interés y el Gobierno vasco ha enviado una delegación a Podgorica. Esquerra Republicana (ERC) ha dedicado generoso espacio y elogios al referéndum en su revista, Esquerra Nacional. También ha llegado a Podgorica una delegación de la Generalitat de Cataluña. El Parlamento catalán ha desplazado, asimismo, otra delegación, aprobada con el visto bueno de todos los grupos, aunque sólo han viajado una diputada de ERC y otra de CiU.

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