El Foro Mundial debate los grandes retos de Oriente Próximo
Bajo el título La promesa de una nueva generación, el Foro Económico Mundial abre hoy tres días de debates sobre los retos económicos, sociales y políticos de Oriente Próximo. La conferencia, que se celebra en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij y va a inaugurar el presidente Hosni Mubarak, coincide con la ralentización de los procesos democráticos en la zona, el auge del islamismo y recientes atentados terroristas que asustan a los inversores.
Aún así, los organizadores han logrado reunir a 1.200 representantes gubernamentales, del mundo empresarial y de la sociedad civil de 46 países para "ayudar a preparar el camino para un futuro más próspero y pacífico en Oriente Próximo". Con ese objetivo en mente, el foro subraya el papel de los negocios como motor en la creación de empleo y la necesidad de que los líderes trabajen juntos por la paz y la estabilidad.
"Comprometiendo al mundo empresarial, forjando alianzas entre el sector público y el privado, y con un diálogo constructivo y fructífero, contribuiremos a un futuro en el que podamos hacer realidad la promesa de una nueva generación", ha declarado el fundador y presidente ejecutivo del foro, Klaus Schwab, al presentar esta cita que por primera vez se celebra en Egipto, después de tres años en la vecina Jordania.
El paro, un reto crucial
Precisamente, el paro es uno de los asuntos cruciales en la región. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo, el mundo árabe tiene una de las tasas de desempleo más altas del mundo (el doble que la media internacional), lo que amenaza con extender la pobreza. Además, el elevado crecimiento de su población amenaza con convertir los actuales 16 millones de desempleados en 80 millones para el año 2020.
Dar trabajo a las nuevas generaciones exige cambios estructurales que la mayoría de los Gobiernos han reconocido, pero que temerosos de perder el poder quieren limitar al ámbito económico. En la reunión de la Liga Árabe del pasado marzo, sus líderes ni siquiera mencionaron el programa de reformas lanzado en Túnez dos años atrás. Los avances islamistas en las recientes elecciones celebradas en Egipto, Irak y Palestina les sirven de excusa ante la comunidad internacional para no avanzar en la apertura política. Además, la situación en Irak ha dejado sin cartas a muchos reformistas. La gente no quiere ni oír hablar de democratización, porque asocia esa palabra con el caos que se ha producido en ese país tras la intervención estadounidense. En Sharm el Sheij van a coincidir desde hoy, y hasta el próximo lunes, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y el viceprimer ministro de Israel, Simón Peres; el emir de Qatar, jeque Hamad Bin Jalifa al Zani; el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan; el primer ministro de Pakistán, Shaukat Aziz, y el ministro iraquí de Exteriores, Hoshyar Zebari, entre otros.
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