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Portugal reducirá las pensiones para evitar la quiebra

Generosas como pocas en Europa, las pensiones portuguesas superan a menudo el 100% del salario que cobran los trabajadores al final de su vida laboral. Si a eso se le añade que la longevidad avanza mucho más deprisa que la natalidad, la conclusión es clara: si no se hace nada, el sistema de pensiones luso estará en quiebra en 2015. "Tenemos que actuar ya", dijo el primer ministro, José Sócrates, al presentar su reforma en el Parlamento. Y ayer lo repitió en el Financial Times: "Cada atraso significará más problemas y costes futuros".

El plan del Gobierno luso es "de los más ambiciosos y detallados" presentados hasta ahora en Europa, ha dicho Sócrates, que ha entregado ya a los agentes sociales un apocalíptico informe y las soluciones para garantizar las pensiones hasta 2050.

Entre esas medidas, que deben ser aprobadas en los próximos dos meses, el Gobierno propone aumentar la edad de jubilación, subir las contribuciones a la Seguridad Social y dar incentivos a la natalidad, beneficiando fiscalmente a las parejas con dos o más hijos.

La base de la reforma es una nueva fórmula de cálculo sobre los años cotizados, que en los próximos 20 años afectará sobre todo a las pensiones más altas. Hasta ahora, se contabilizaban los mejores 10 años de los últimos 15 trabajados; desde ahora contará la media de toda la vida contributiva. Ese cambio supondrá un descenso medio de al menos un 10% en la cuantía de las pensiones.

El elemento decisivo de la reforma es el llamado factor de sustentabilidad, un palabro cuya aplicación depende de los cambios en la esperanza de vida y que afectará a la baja a todas las pensiones de 40 años de carrera o más. Según un estudio del semanario Expresso, un jubilado con un sueldo de 2.000 euros cobraría una pensión de 1.510 euros si se le aplicara el cálculo medio de su vida laboral; con el factor de sustentabilidad, su pensión bajaría al 60% del salario: 1.228 euros.

La reforma será polémica, pero sin duda parece inevitable. Según los preocupantes escenarios previstos por el Gobierno, los gastos del régimen general pasarán de suponer el 5,5% del PIB en 2006, al 9,6% en 2050; el saldo del sistema contributivo empezará a ser negativo ya en 2007 y empeorará aun más a partir de 2010, cuando deje de contabilizarse la partida resultante del aumento del IVA al 21%.

El problema obedece a factores europeos y autóctonos. Portugal tiene 1,7 millones de pensionistas, de los cuales 1,1 millones cobran menos de 375 euros al mes. Hacia 2050, la previsión es que los mayores de 65 años serán el 32% de la población, frente al 17% de 2005.

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