"El arte contemporáneo dejó de interesarme a partir de los años ochenta"
La suya es una radicalidad militante, pero elegante. Guy Schraenen nació en Londres en una fecha que, coqueto, se niega a desvelar. Aunque ahora vive en París, la mayor parte de su vida y, sobre todo, su pasión coleccionista se desarrolló en Bélgica, un país al que en los noventa ofreció su colección de ediciones alternativas de artistas sin éxito. "Se rieron de mí", recuerda aún indignado. Ahora, esta ingente colección de fanzines, libros y carteles está en el Neues Museum Weserburg de Bremen, que la adquirió hace unos años y montó con ella una exposición, Edición agotada, que pudo verse en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) en 2001. La que hoy se inaugura en el mismo museo, y que antes se ha visto en Bremen, es aún de su propiedad y consiste en una selección de unas 750 carátulas y discos de artista que permiten recorrer la relación entre arte y cultura popular. Vinilo. Discos y carátulas de artista estará abierta hasta el 3 de septiembre y después itinerará al Centro de Arte de Sevilla y al Museo Serralves de Oporto.
El coleccionista exhibe en el Macba su colección de vinilos hechos por artistas
Pregunta. ¿Cómo y por qué empezó a coleccionar?
Respuesta. Es una larga historia, pero digamos que comencé a principios de los sesenta, y a partir de 1973 me di cuenta de que tenía un número de piezas considerable y empecé a estructurar la colección como tal. Mi idea era recopilar todo aquello que se escapaba del circuito del mercado del arte. Me interesaba todo aquello que rechazaban los museos y galerías de la época. Entre 1960 y 1980, el periodo que abarca la colección, había muchas creaciones efímeras de las que sólo quedaban las invitaciones, los carteles o los documentos. Pensé que ya había otros que coleccionaban pinturas y esculturas y alguien tenía que salvaguardar parte de esta otra historia. Los vinilos, sobre todo los discos de música experimental o de arte sonoro, formaban parte de este mundo.
P. En la exposición hay también carátulas muy populares y conocidas, como las de Andy Warhol para Rolling Stones o de Peter Blake o Richard Hamilton para Beatles.
R. En general, las carátulas de mi colección no son tan populares, se trata en muchos casos de ediciones limitadas. En el caso de las de Warhol, por ejemplo, sí lo eran, pero la gente las compraba por los Rolling, no porque estuvieran interesados en el arte.
P. ¿Cree que el arte ha aprovechado estos soportes populares para conseguir más público?
R. Hasta los años ochenta, los artistas hacían arte para hacerlo. Ahora lo hace la gente para ser conocido. Es lógico que se interesen por estos formatos de tiradas amplias. Del Álbum blanco, que diseñó Richard Hamilton, los Beatles vendieron millones de copias, aunque nunca he entendido este fenómeno musical porque a mí me parecen muy malos. De hecho, en mi caso los discos de estos grupos los compraba por las carátulas, no los escuchaba. En otros casos me interesaba también el contenido.
P. ¿Ha dejado de coleccionar?
R. Compro algo excepcionalmente para completar la colección. El arte contemporáneo dejó de interesarme a partir de los años ochenta. Tengo la impresión de que en aquel momento hubo una pausa, y después en lugar de ir hacia delante se hizo marcha atrás. No sólo en el arte, también en la sociedad. Ahora todo es mucho más de derechas que entonces. De hecho, la sociedad tiene el arte que se merece. Además, en los ochenta también se acabó el vinilo y se pasó al CD.
P. Es muy pesimista.
R. Creo que el arte y la sociedad han retrocedido. De hecho, hay más reyes ahora que en los años cincuenta. Pertenezco a una generación que cuando era joven no se hubiera creído que el mundo de hoy sería como es. La guerra de los Balcanes o la de Irak nos habrían parecido ciencia-ficción. Estoy persuadido de que en algún lugar hay gente que hace cosas fantásticas, pero yo no sé dónde están. Y con el actual sistema del arte es difícil sobrevivir si eres un buen artista.
P. ¿No es contradictorio que estas obras estén en un museo?
R. Cuando una obra de arte deja de tener un uso social acaba en el museo para asegurar su memoria y conservación. También han acabado las vírgenes en los museos. El problema es que hay un malentendido y los artistas llegan hoy demasiado pronto al museo, que interfieren en el desarrollo de la creación artística.
P. ¿Qué opina de la historia del arte?
R. De las disciplinas universitarias es la menos interesante.
P. ¿Y la crítica?
R. No existe. Los únicos textos interesantes sobre arte son los de los artistas.
P. ¿Cree que ha habido demasiada filosofía en el arte actual?
R. Más que filosofía ha habido mucha masturbación mental.
Babelia
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