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Marruecos privatiza la radio y la televisión, pero no liberaliza la información

La montaña parió un ratón. Anunciada a bombo y platillo, la apertura del sector audiovisual en Marruecos a empresas privadas ha sido tímida. Peor aún, las nuevas emisoras no darán información política excepto una televisión, Medi 1 Sat, cuya larga experiencia previa en radio garantiza de antemano a Rabat que será cauta.

Con mucho retraso sobre la fecha anunciada, el Consejo Superior de la Comunicación Audiovisual (CSCA) publicó un comunicado para anunciar la concesión de una sola licencia de televisión, a Medi 1 Sat, y de 10 de radio local y regional cuya programación será musical o económica, pero no informativa.

Medi 1 Sat consolidará la preponderancia francesa en el panorama audiovisual marroquí. Desde Tánger, esta empresa, que cuenta con capital público francés y privado marroquí, ofrecerá a Marruecos y al Magreb noticias e información de servicios. Fue el propio presidente francés, Jacques Chirac, quien, en octubre de 2003, anunció su creación en Fez. De ahí que no hubiese dudas de que estaría entre las elegidas.

Medi 1 Sat es una emanación de Medi 1, una emisora de radio franco-marroquí fundada en 1980 y que, desde entonces, dirige Pierre Casalta, un ex militar francés vinculado con las redes neogaullistas en África.

Hasta el verano de 2003, Medi 1 era la emisora más escuchada, pero la irrupción de Sawa, una radio pública de EE UU, ha erosionado su audiencia urbana y joven. Impuesta por Washington a las autoridades marroquíes, Sawa fue, por fin, legalizada a finales de la semana pasada por el CSCA.

Prensa escrita

La modestia de la liberalización audiovisual se explica porque las autoridades desean evitar que se reproduzca una situación similar a la de la prensa escrita, en la que los semanarios más leídos son todos muy críticos con el poder.

Éstos fueron los primeros en arremeter, el pasado fin de semana, contra la pusilanimidad de la decisión del CSCA, pero a sus críticas se sumaron, esta vez, voces muy moderadas como la de Ismael Alaoui, líder del Partido del Progreso y del Socialismo, que forma parte de la coalición gubernamental, o la del sindicato nacional de la prensa.

Aunque la lista de los aspirantes a la obtención de licencias no es pública, es sabido que ninguna empresa española, pública o privada, formalizó una candidatura, pese a los intentos del ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, por convencer al grupo vasco Vocento y al andaluz Joly. Esta indiferencia es tanto más sorprendente que la cuota de pantalla de las cadenas de televisión españolas en el norte del país, que cayó del 40%, en los noventa, al 15%, en 2004. Este desplome explica, en buena medida, el retroceso de la lengua española en el norte de Marruecos. Las cadenas árabes vía satélite, empezando por Al Yazira, son las que ahora más atraen a los telespectadores.

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