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Un ex jefe del espionaje francés exculpa a Villepin y Chirac

El general Rondot dice que nunca se habló de investigar a Sarkozy por el 'caso Clearstream'

El general Philippe Rondot, cuyas anotaciones en sus diarios implican al primer ministro francés, Dominique de Villepin, y al presidente, Jacques Chirac, en un intento de desestabilizar al ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, ha desmentido esa interpretación y ha tratado de exculparles en una entrevista publicada en el Journal du Dimanche. El general de los servicios de espionaje asegura que no declarará ante los jueces que le han citado, en quienes "no confía".

El domicilio de Rondot, así como los de algunos de sus familiares, fue registrado por orden judicial en tres ocasiones en marzo y abril. Amplios fragmentos de sus dietarios profesionales, ahora en manos de los jueces que investigan el caso Clearstream, han sido publicados por el diario Le Monde.

En la entrevista publicada ayer, Rondot empieza por afirmar que no acudirá a las citaciones judiciales los próximos 18 y 22 de mayo, "porque los jueces no me han dejado consultar mis propias notas y agendas". Anticipa que puedan llevarle ante el juez "por la fuerza", pero, si ocurre, "no responderá a las preguntas" que le hagan.

El general dice "no confiar en esos jueces", pues "ha habido demasiadas filtraciones, demasiada manipulación, demasiada publicación fragmentada de mis escritos y mis palabras". El general, sin duda conocedor de las técnicas del interrogatorio, critica "haber sido tratado de mentiroso", y el que "al descubrir cierta confusión" en sus datos, le "tratasen como un delincuente". A pesar de ello, Rondot firmó sus declaraciones ante la justicia "porque, por sorprendente que parezca, no sabía que podía negarme a ello".

Ese ataque contra los jueces tiene un objetivo: exculpar a los políticos implicados. "Nunca hablamos de investigar a Nicolas Sarkozy o a los otros políticos que aparecían en las listas" de Clearstream, dice Rondot. Y asegura: "Me equivoqué cuando les dije a los jueces que los apellidos Nagy y Bocsa" -los segundos de Sarkozy- "figuraban en el listado", que contenía los nombres de los supuestos titulares de cuentas bancarias en la sociedad luxemburguesa de servicios financieros Clearstream, a través de la cual habrían recibido comisiones ilegales.

Respecto a la afirmación de Villepin escrita por Rondot -"Si aparecemos, el presidente y yo saltamos"-, la explicación del general es la siguiente: "Mi comentario sólo significaba que era urgente advertir a Sarkozy de que figuraba en el listado y que ya estaba probado que su presencia era injustificada. Todo eso ponía en peligro al presidente y a Villepin. De hecho, Villepin se sentía muy incómodo al descubrir que andábamos metidos en una investigación en la que aparecía el nombre de Sarkozy, de manera que podía parecer que le investigábamos a él". En definitiva, según Rondot, ni Chirac ni Villepin quisieron perjudicar a su ministro del Interior y rival político, Nicolas Sarkozy, que, en palabras de Rondot, "es una víctima porque figura en una lista de manera calumniosa".

El único culpable es Jean-Louis Gergorin, ejecutivo del consorcio aeronáutico EADS, que habría ordenado falsificar y habría filtrado la lista, para el que Rondot también demuestra comprensión, pues se trata de un personaje tan amante de las conspiraciones que tiene "visiones surrealistas".

Las declaraciones de Rondot exculpando a Chirac y Villepin no van a influir en las convicciones de Sarkozy, que hace pocos días denunciaba a "los aprendices de conspiradores", y el pasado sábado decía a los dirigentes del partido que preside -el gubernamental UMP (Unión para un Movimiento Popular)- que permanece en el Gobierno porque no quiere "añadir crisis a la crisis". Sobre todo, sabe que ahora controla no sólo la UMP, sino también a la casi totalidad de los ministros, que no quieren asociar su futuro al de los desacreditados Chirac y Villepin.

Por otra parte, Chirac acudió ayer al hospital de Val-de-Grâce, oficialmente para someterse a un control de rutina tras un accidente vascular-cerebral sufrido en septiembre pasado.

Chirac y Villepin, el pasado lunes en una ceremonia en París.
Chirac y Villepin, el pasado lunes en una ceremonia en París.REUTERS

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