Las patronales catalanas abren una nueva etapa de más autonomía respecto a la CEOE
Fomento y la Cecot se distancian del acuerdo para la reforma del mercado laboral
Es un movimiento casi imperceptible, pero, aunque con prudencia y mucho tacto, las patronales empresariales catalanas han iniciado una nueva etapa de mayor autonomía con respecto de la patronal española, la CEOE. Fomento del Trabajo, la vallesana Cecot e incluso la Fepime -la organización que rechazó con mayor contundencia una ruptura con la patronal que preside José María Cuevas- llevan casi dos meses desarrollando un goteo de iniciativas, tomas de posición y críticas por su propia cuenta. Esta etapa, que en ocasiones cuestiona veladamente actuaciones de la CEOE, se produce desde los últimos encontronazos entre Cuevas y el empresariado catalán.
El presidente de Fomento, Juan Rosell, que no llegó a disputarle la presidencia de la CEOE a Cuevas, ya había augurado una relación más libre con respecto de la patronal española tras recordar la "lealtad al 1.000%" profesada hasta entonces "sin estar siempre del todo de acuerdo" con ella. Rosell prometió voz propia "en todo lo que nos afecte".
Este propósito empezó a formularse el pasado marzo, cuando las relaciones entre la cúpula de la CEOE y el empresariado catalán se tensaron al máximo, tras los comentarios de Cuevas sobre la oferta "muy a la catalana" de Gas Natural sobre Endesa, encajados como una "ofensa" por los empresarios.
Con el paso del tiempo y los ánimos algo más calmados, irrumpió Eusebi Cima, presidente de la patronal Fepime, para presentar una "nueva línea de actuación". Ésta consistiría en presentar propuestas sobre cuestiones en las que los empresarios creyeran que no están suficientemente apoyados por la cúpula de CEOE. Y puso como primer ejemplo de ello la presión de Fepime para que el Senado aprobara una moción que reconociera la "responsabilidad civil y penal" de los importadores de productos "inseguros" de China. "Tal vez no nos hubiera correspondido hacerlo a nosotros", espetó.
Posteriormente, Fomento ha salido a denunciar "el exceso de regulación como freno a la actividad económica" que promueven el Gobierno autónomo y el central. Es decir, entrando en terreno de la CEOE.
Otra toma de posición pública al margen de la patronal española ha sido el dardo de Fomento contra la reforma del impuesto de sociedades que prepara el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El director de estudios económicos y fiscales de la patronal catalana, Salvador Guillermo, convocó una conferencia de prensa hace unos días y pidió que se mantuvieran las deducciones de este impuesto.
"Falta de debate"
Sin embargo, la cuestión en que se ha vislumbrado el mayor distanciamiento ha sido el acuerdo para la reforma laboral firmado por Cuevas con los sindicatos y el Gobierno. Tras los apretones de manos y las fotos de Cuevas, Fomento ha calificado el alcance de la reforma de "modesto" y ha abogado por "continuar con el diálogo social" hasta lograr una reforma que "elimine rigideces y que estabilice el mercado de trabajo". La patronal Cecot, presidida por Antoni Abad -que dijo abiertamente que no se siente representado por Cuevas y acabó saliendo de la junta directiva de la CEOE-, ha ido más allá. Ha lamentado la "falta de debate y participación" en la patronal española, que no sometió el acuerdo laboral a la ratificación de su directiva y ha criticado que la reforma "no responde en absoluto" a lo que quieren las pymes.
En esta nueva etapa, los empresarios catalanes, convencidos de que el debate frustrado sobre la modernización de la CEOE acabará abriéndose paso, son conscientes de que "debemos ir juntos", explica uno de ellos. En su empeño, continúan dando por válido el documento que Fomento para renovar la CEOE, que no suscitó adhesiones en el resto de España, al menos en público. No habrá, al menos por ahora, textos alternativos.
Tampoco habrá ruptura. "No se ha planteado ninguna alternativa a la CEOE", aseguran fuentes oficiales de la patronal catalana, pese a que miembros de esta organización atribuyen a Rosell haber llegado a sugerir la apertura de Fomento a empresarios de toda España en una organización paralela a la actual CEOE, con sede también en Madrid.
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