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El GP de fórmula 1 llena los hoteles de la provincia de Barcelona

Los Mossos preparan un dispositivo contra la piratería de productos oficiales

Ni una sola cama libre hay este fin de semana en la provincia de Barcelona. El Gran Premio de España de fórmula 1, que se celebrará mañana, ha llenado los establecimientos hoteleros más allá del Vallès Oriental. Los hoteles de la capital catalana están al 100% de ocupación. El impacto de la competición es tan significativo -70 millones de euros en 2004-, que los Mossos han preparado un dispositivo contra la piratería de productos oficiales.

La comarca vallesana es, lógicamente, la principal beneficiaria de la actividad que desarrolla la instalación deportiva y muy especialmente del circo de la fórmula 1. Tiene suficiente con los equipos participantes. Éstos llenan las 2.000 plazas hoteleras que ofrecen el medio centenar largo de establecimientos, entre hoteles, casas de turismo rural y balnearios de la zona, especialmente en Granollers.

Pero el Gran Premio va mucho más allá. Su organizador, el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC), espera la afluencia de 130.000 espectadores -el aforo máximo del circuito- eufóricos por la alonsomanía y el resurgir de heptacampeón Michael Schumacher. Y tienen que hospedarse en alguna parte.

La zona de influencia del Circuit de Catalunya se extiende a un triángulo cuyos vértices son Sitges, Manresa y Girona. Incluso se han solicitado plazas hoteleras en Tarragona y la Costa Brava.

El impacto económico de la instalación deportiva fue en 2004 -el último dato facilitado por el RACC- de alrededor de 70 millones de euros. El automovilismo es, con diferencia, la competición que deja más dinero. Aquel año dejó un volumen de 55 millones de euros entre hoteles, restaurantes y compras. El Gran Premio de Catalunya de motorismo, que se celebrará dentro de un mes, dejó 15 millones de euros en 2004.

El perfil de los espectadores es, además, bastante alto. Aunque cada vez acuden más españoles, los turistas extranjeros vienen en avión, se instalan en hoteles de tres estrellas como mínimo y suelen comer en buenos restaurantes. Junto al sector terciario, que aprovecha ambos acontecimientos, y muy especialmente el de este fin de semana, para hacer su particular mes de agosto, los falsificadores también se frotan las manos, aunque mañana lo tendrán más dificil. Los Mossos d'Esquadra han preparado un dispositivo policial con el fin de perseguir las actividades de venta ilegal de productos oficiales.

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