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El espionaje de EE UU guarda datos de millones de telefonazos

Bush defiende la legalidad de las actividades posteriores al 11-S

Yolanda Monge

La polémica por las conversaciones telefónicas y el espectro de las escuchas ilegales se reaviva en EE UU. El diario USA Today destapaba ayer que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, en sus siglas en inglés y experta en espionaje electrónico) estadounidense ha estado desde 2001, después del 11-S, recogiendo información telefónica de millones de ciudadanos. La base de datos creada por la agencia es la mayor de este tipo en el mundo.

Para hacer el trabajo, la NSA ha contado con la complacencia de las principales compañías estadounidenses de telecomunicaciones, AT&T, Bell South y Verizon. Según la agencia, no se han escuchado las conversaciones, sólo se han grabado los números marcados para ver si se encontraba un patrón común que les llevase a encontrar algún tipo de actividad terrorista. "Es la mayor base de datos de mundo", citaba una de las fuentes anónimas que han facilitado la información al diario USA Today.

Para los clientes de las compañías antes citadas significa que el Gobierno tiene un historial detallado de todas las llamadas que hacen tanto en su ciudad como a cualquier punto del país a sus familiares, amigos, contactos de negocios y otras. Las tres compañías de telecomunicaciones están trabajando bajo contrato para la NSA, que lanzó el programa en 2001 poco después del 11-S.

La primera página de USA Today obligó ayer al presidente George W. Bush a comparecer ante los medios de comunicación. Y lo hizo, en primer lugar, para defender, una vez más, el programa de escuchas sin autorización judicial que él mismo aprobó y que descubrió otro diario, en este caso el The New York Times.

Aseguró Bush que ese programa está "dentro de la ley" y que su único fin es conocer lo que trama la red terrorista Al Qaeda. En segundo lugar declaró: "La intimidad de los estadounidenses está furiosamente protegida". Ésa fue su reacción, antes de partir hacia Misisipi, ante el nuevo escándalo que se le avecina. "No estamos espiando las vidas personales de millones de estadounidense", aseguró.

Ataque terrorista

Para Bush, el objetivo del programa descubierto por USA Today tiene un solo objetivo: "Hacer todo cuanto esté a nuestro alcance para evitar otro ataque terrorista". "Queremos saber lo que dicen los terroristas". "Es nuestro enemigo y queremos saber sus planes", informó el presidente.

La nueva revelación periodística llega después de que en diciembre del año pasado se supiera que la NSA estaba al cargo de un programa de escuchas sin autorización judicial, aprobado personalmente por Bush, de comunicaciones entre EE UU y el exterior. Una ley de 1978 obliga a que las escuchas que el Gobierno realice sobre a ciudadanos estadounidenses cuenten con la autorización de un tribunal especial. Según Bush, todas las escuchas "son completamente legales".

Según aseguraba ayer USA Today, el programa doméstico de recolección de datos de la NSA es mucho más extenso de lo que la Casa Blanca ha reconocido, ya que la agencia ha almacenado miles de millones de datos de llamadas nacionales de ciudadanos normales y corrientes que, en su mayoría, no son sospechosos de haber cometido crimen alguno. El diario estadounidense puntualiza que el programa no implica que la NSA escuche o grabe las conversaciones. Sólo una de las grandes compañías de telecomunicaciones de Estados Unidos declinó participar en el programa de la NSA: Qwest.

Según informaba USA Today, Joe Nacchio, director de Qwest en el momento de ponerse en marcha el programa, tuvo muchas dudas cuando la NSA le dijo que no era necesaria una orden judicial para acceder a la información telefónica de sus clientes.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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