Una ONG denuncia malos tratos a niños huérfanos en centros de Rumania
La organización halló en Braila adolescentes que pesaban menos de 14 kilogramos
Niños y jóvenes confinados en cunas o amarrados a sillas. Adolescentes con las extremidades atrofiadas y severamente desnutridos. Otros, internados en hospitales psiquiátricos para adultos sin razón aparente y sin perspectivas de salir de ellos. Estos son algunos de los casos que halló en Rumania la ONG estadounidense Mental Disability Rights International (MDRI), y que fueron presentados ayer. La ONG considera que las condiciones de tratamiento de menores en las instituciones públicas rumanas no ha mejorado significativamente en la última década.
Las escenas más patéticas se encontraron en el hospital psiquiátrico para adultos San Pantelimón, en la ciudad de Braila. En junio de 2005 se halló allí 46 menores, de entre 7 y 17 años confinados en camas y cunas. Según un investigador del MDRI, estaban "tan delgados que muchos parecían de tres o cuatro años". "Sus brazos y piernas estaban torcidas en posiciones contorsionadas, por la falta de uso y la atrofia", detalló. Varios niños pesaban menos de 14 kilos y uno estaba al borde de la muerte. Otros se hacían daño a sí mismo sin que el personal a su cargo hiciera nada por evitarlo. Luego de advertir a las autoridades rumanas de la situación, los menores fueron trasladados a dos centros para menores que ofrecen mejores condiciones y en diciembre de 2005 se pudo constatar su evolución favorable. No obstante, ninguno fue colocado en un ambiente familiar, como recomendaron los investigadores.
El informe del MDRI da cuenta de otros casos igualmente terribles. En el centro de rehabilitación de Sasca Mica se encontró un pabellón que albergaba 30 jóvenes y adolescentes confinados en cunas. La mayoría presentaba discapacidades físicas y mentales, que en muchos casos pueden atribuirse a las condiciones en que viven. En Timisoara, se visitó un pabellón que alojaba 65 niños de hasta dos años, todos abandonados por sus padres. Sólo una enfermera y tres ayudantes se encargan de su cuidado. Supuestamente, el lugar era un "centro de recuperación nutricional". En la práctica, los niños estaban allí a falta de un mejor sitio.
En total, el informe detalla las malas condiciones en seis hospitales y centros de rehabilitación. La ONG también visitó los hospitales psiquiátricos de Podriga, Voila y Siret. En todos ellos se encontraron situaciones similares: instalaciones saturadas, con escaso personal y deficientes condiciones sanitarias. Cuando el MDRI visitó Podriga descubrió que el director del centro era un dermatólogo y el tratamiento psiquiátrico lo daba un especialista que visitaba el centro una vez a la semana.
Estas revelaciones no pueden llegar en peor momento para Rumania, que busca su ingreso a la UE tan pronto como en enero de 2007. Justamente el próximo 16 de mayo la Comisión Europea presentará su informe, en el que evaluará si el país ha cumplido con los requerimientos políticos, económicos y legislativos para incorporarse a la Unión.
Eric Rosenthal, director ejecutivo de MDRI, espera que la Unión Europea exija al Gobierno rumano terminar con estas prácticas. En su opinión, las condiciones de tratamiento de los menores abandonados en Rumania no ha cambiado mucho en los últimos diez años y los que peor lo llevan son los que presentan alguna tipo discapacidad, física o mental.
Simone Pella, portavoz de la Autoridad Nacional para la Protección de los Menores de Rumania, señaló a EL PAÍS conocer el informe y declaró que las situaciones descritas en el "no son actuales". "Esa era la situación un año atrás y mientras tanto todo se ha resuelto". Reconoció, no obstante, que el sistema de protección de menores abandonados rumano no tiene capacidad para absorber a todos los huérfanos.
5.000 bebés abandonados
Las estadísticas oficiales rumanas afirman que 31.000 menores permanecen en instituciones estatales de protección. Cada año, unos 5.000 bebés más son abandonados por sus padres poco después de nacer. Y, aunque aproximadamente la mitad terminan de vuelta en sus hogares, muchos otros terminan en orfanatos u hospitales. Simone Pella reconoce que no son pocos los que carecen de nombre ni documentos que los identifiquen, un problema para el que, asegura "el Gobierno) buscando la mejor solución posible".
Según un informe de la Unicef, un 30% de los niños rumanos abandonados que ingresa a los pabellones pediátricos de los hospitales carece de identificación. Cuando crecen, son trasladados a otras instalaciones, como hospitales psiquiátricos para adultos, donde pueden permanecer indefinidamente.
Desde enero de 2005 está vigente en Rumania un paquete de leyes sobre la protección de los niños que, entre otras cosas, prohibe que niños menores de tres años sean internados en instituciones de protección a menos que presenten "severas discapacidades". También quedó prohibida la adopción de niños por parte de extranjeros, para detener el tráfico de menores.
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