No vuelvas, hija
Tengo una hija que es una maravilla. Va a cumplir 30 años, es inteligente, guapa, valiente, solidaria y muy, muy trabajadora. Fue premio extraordinario de su facultad, premio extraordinario de la Comunidad Autónoma de Madrid y premio extraordinario de tesis doctoral.
Sólo tiene un defecto: estudió la carrera de Ciencias Biológicas y le apasiona la investigación.
Como consecuencia de este "defecto", empezó a trabajar como becaria hace ya ocho años. Primero en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas cuando todavía era estudiante. Ahora ya lleva dos años en Estados Unidos también con una beca, y se ha dado cuenta de que lleva trabajando ocho años sin cotizar, sin derechos, como quien dice "de gratis".
¿Qué puedo decirle? No vuelvas, hija, no vuelvas.
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