"El 95% de los políticos actuaría como yo"

Es un hombre sin estudios pero con una gran "mundología". El retrato forjado por su abogado ha permitido a Manuel Ramírez ganarse a lo largo del juicio del caso Sanlúcar la imagen de una persona sencilla, pero de enormes posibilidades. Quizás no supiera escribir a máquina más que con un dedo. Pero ese dedo no le tembló para denunciar el soborno con el que en 1999, cuando era edil del PP en la localidad gaditana, se le tentó para que no apoyara una moción de censura contra el PSOE. El jurado se ha creído su versión pero ha tenido que sentarse en el banquillo acusado de ser él el que primero se ofreció a vender su voto. El futbolista, torero, conductor, agricultor, carpintero, representante de jamones, concejal y ahora secretario particular de la alcaldesa de Sanlúcar pasa estos días de calma tras la tormenta judicial disfrutando de su ciudad y su familia.

Pregunta. ¿Temió en algún momento que el jurado se creyese la versión del ex alcalde de Sanlúcar Agustín Cuevas, y del secretario de organización del PSOE Rafael García Raposo de que fue usted el promotor del soborno?

Respuesta. Si le soy sincero, en ningún momento. Yo soy de los que creo que la cara es el espejo del alma. Si el jurado me miró a la cara, y yo creo que sí, tuvo que entender que estaba diciendo la verdad.

P. ¿Y si miró a la cara del resto de acusados?

R. Hombre, entiendo que vería las contradicciones entre ellos. Y aparte, cuando se tienen que inventar unos hechos es difícil estar en esa situación.

P. Cuando escuchaba la otra versión, ¿qué sentía?

R. La misma humillación que sentí cuando me ofrecieron lo que me ofrecieron.

P. Su partido, el PP, le ha situado como un ejemplo contra la corrupción.

R. No soy ejemplo de nada. Estar metido en un lío de éstos no es para estar halagado. Halago es que la verdad prevalezca por encima de todo.

P. ¿Ha sentido el apoyo del PP todo este tiempo?

R. Me he sentido siempre arropado por el PP de Sanlú-car porque es el que he tenido más cercano. Con el provincial he tenido un poquito más de distancia pero cuando me ha hecho falta algo siempre lo he tenido.

P. ¿Le gustaría volver a la política? ¿De qué forma?

R. De la misma que estaba. Yo tengo una ilusión con mi pueblo. Creo que puedo mejorar algunos aspectos. Estoy a disposición de mi partido y a lo que decida no pondré ni un punto ni una coma.

P. ¿Siempre en Sanlúcar o le gustaría...?

R. No, no, no. Soy un político de mi ciudad.

P. ¿Qué imagen cree que ha quedado de Sanlúcar en este juicio?

R. Sanlúcar tiene muchos encantos para que le haya afectado. Lo único es que, quizás, una criba política no le vendría mal porque estamos faltos de políticos que le tengan cariño a la ciudad.

P. ¿Usted cree que otros políticos también habrían rechazado el soborno?

R. Me pone en un aprieto, pero creo que el 95% de los políticos hubiese hecho lo mismo que yo. No creo en la misma vara de medir para todos. El PSOE, al que pertenecían estos señores, tiene muchos años. Es un espejo para fijarse en política. Lo mismo que estos señores han hecho lo que han hecho, creo que cualquier político, incluso de cualquier color, hubiese hecho lo mismo que yo.

P. Durante el juicio no ha dirigido palabra con los ex alcaldes o con García Raposo. ¿Qué les diría?

R. Que se han equivocado. Y hay equivocaciones que hay que pagarlas. Aunque no me lo pidan a mí, que le pidan perdón al pueblo de Sanlúcar.

P. Su abogado, Juan Pedro Cosano, ha pedido al juez que, en su sentencia, tenga en consideración los daños morales que usted ha sufrido.

R. El daño personal y psicológico no tiene precio porque ha habido momentos muy duros. El abogado ha sido un profesional como la copa de un pino. No se ha sobrepasado nunca en sus peticiones y creo que, incluso, los imputados se lo deberían agradecer porque no ha querido hacer sangre. Podía haber hecho mucho más.