Ley de Montes: a buenas horas
Ha entrado en vigor la Ley de Montes. Recuerdo que estamos en el siglo XXI, año 2006 y que en este país, a poco que uno se descuide, han ardido hasta los jardines públicos. Les ha costado mucho a los "responsables" de turno hacer una ley que dijese algo tan fácil como que los montes que ardan no pueden ser recalificados como urbanos en un plazo de 30 años.
En 2005 han ardido en España 180.000 hectáreas (o traducido al lenguaje futbolístico que, a modo de nuevo esperanto, es el que entiende todo el país: 180.000 campos de fútbol). Este país tiene de un 30% a un 50% de superficie desertizada o en vías de estarlo y nos dedicamos a la estéril polémica de los árboles del paseo del Prado, qué desperdicio.
El monte se ha convertido en un parque temático para caza mayor y también en zonas protegidas ajenas al disfrute público. Al ciudadano sólo le queda ver el bosque en televisión ardiendo, como es tradición.
La legendaria ardilla que en tiempos de los romanos atravesaba España de árbol en árbol moriría hoy atropellada en la M-50. Esta ley llega 30 años tarde. Se agradece la intención.
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