Nouvel construirá un jardín de vegetación espesa y vivo colorido en el parque central de Poblenou
Las obras acaban de empezar y no estarán concluidas antes del otoño de 2007
Colores en la torre, colores en la tierra. El arquitecto Jean Nouvel, autor de la torre Agbar de Barcelona, plasma en el que será el parque central de Poblenou su gusto por el color. Si en la torre es el recubrimiento de su piel exterior lo que da el juego de colores, en el parque serán miles de buganvilias, entre otras flores, y decenas de árboles los que impregnarán el paisaje. Nouvel presentó ayer el que será uno de los parques más singulares de la ciudad, sobre todo porque apuesta por una densa vegetación y colorido. Las obras acaban de iniciarse y no estarán finalizadas hasta el otoño de 2007.
"Sigo fiel al gusto francés de retorcer los árboles juntándolos por las ramas", ironizó Nouvel. Pero no serán las ramas de las moreras según la versión francesa, sino las de los sauces que formarán entre sí grandes bóvedas de altura en buena parte del parque, que se convertirá en otro proyecto de impacto de la nueva Diagonal, justo en el centro, entre Glòries y el Fórum. Son algo más de cinco hectáreas que dibujan un triángulo rectángulo entre la Diagonal y las calles de Bac de Roda y Marroc. Hasta las dos calles que lo atravesarán -Espronceda y Cristóbal de Moura- formarán una especie de túnel con las ramas de los árboles.
El parque supone un cambio radical en la concepción que se ha ido imponiendo en Barcelona con las plazas duras, a excepción del parque de Diagonal Mar, de Enric Miralles. El parque de Poblenou es, en el proyecto, una explosión de colores y vegetación. Persigue una frondosidad que lleve al paseante a espacios singulares, como cabañas, una isla y un cráter pasando por una sala hipóstila que conformará la disposición de los árboles. Será una combinación de especies y vegetación que dé sombra en verano y que en invierno deje pasar el calor del sol. Este proyecto ha pasado tres años de preparación, entre otras cosas porque se ha discutido con los vecinos. Como todo parque, tendrá zona de juegos infantiles y petanca, pero también rincones singulares, casi íntimos. "Invita a soñar", resumía Nouvel, que destacaba la dificultad que supone diseñar un parque en una ciudad que tiene el parque Güell.
La imagen que persigue Nouvel, no obstante, tardará un tiempo en conseguirse, como sucede en todos los jardines, aunque muchas especies de árboles se planten ya con cinco metros de altura.
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