Interior analiza 10 cartas de ETA en las que pide hasta 24.000 euros a empresarios

La policía y la Ertzaintza conocen al menos 10 cartas remitidas a empresarios vascos y que han llegado a su destino en abril, algunos días después de la declaración de alto el fuego permanente de ETA del pasado 22 de marzo. Las cartas están fechadas en marzo y en ellas la organización reclama a empresarios vascos que contribuyan al sostenimiento de la banda. Las misivas, que no contienen amenazas explícitas, exigen entre 12.000 y 24.000 euros en función de lo que la banda denomina "el poderío económico de cada industrial". Los códigos de esas cartas apuntan a que fueron anteriores a la declaración de alto el fuego.

Fuentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado aseguran que bajo la fecha de la misiva, en el margen superior derecho, aparecen unas "claves alfanuméricas" que permiten asegurar que las cartas de extorsión fueron elaboradas antes del alto el fuego, pero a sabiendas de que iban a llegar a su destinatario después de la declaración de alto el fuego permanente. De ahí "el lenguaje amable" que, según las mismas fuentes, utilizan los terroristas.

La decena de cartas que han investigado los expertos en lucha antiterrorista han sido localizadas en su totalidad en el País Vasco. Ninguna había sido recogida en Navarra, pese a que la primera noticia sobre la llegada de nuevas misivas de ETA para obtener fondos fue dada a conocer por José Manuel Ayesa, presidente de la Confederación de Empresarios de Navarra.

Las 10 misivas de las que tiene conocimiento el Ministerio del Interior han sido recibidas por otros tantos empresarios vascos con el encabezamiento "agur terdi" (saludos cordiales). Los sobres llevan matasellos de la provincia de Guipúzcoa, del 7 de abril en los casos conocidos hasta ahora. Es decir, tras casi dos semanas de vigencia del alto el fuego permanente. No obstante, todas llevan la fecha genérica de marzo y contienen claves que, según los investigadores, permiten verificar que fueron elaboradas en la primera quincena de ese mes.

La investigación antiterrorista ha logrado en los últimos años precisar el procedimiento usado en el envío de cartas a empresarios hasta el punto de conocer sus códigos y significados. La clave alfanumérica que utilizan los terroristas en las cartas permite saber la provincia desde la que se remite, la fecha de elaboración, la cantidad que se reclama y hasta a qué serie corresponde dentro del grupo de misivas que envía la banda terrorista.

Todas las cartas empiezan con el saludo cordial y un primer párrafo en el que ETA explica que el proceso que se está viviendo en Euskadi está generando nuevas necesidades económicas, que el interpelado tiene la opción de aliviar con su "contribución a la lucha". El redactor explica que el objetivo de ese proceso es romper "la dependencia" de España y Francia.

El autor de la misiva muestra un buen conocimiento de las finanzas de la empresa, de la que en el texto se pone el nombre, ya que en el sobre se nombra el destinatario. La carta dice que en función del estudio de la actividad empresarial el extorsionado deberá pagar una determinada cantidad, fijada entre 12.000 y 24.000 euros en la mayor parte de los casos. De hecho, asegura: "Conocemos tu poderío económico".

Los etarras exigen al empresario que sea discreto y que no acuda a la policía, al tiempo que se le reclama que efectúe el pago en metálico, en billetes de 20, 50 y 100 euros. "Saludos y te damos las gracias por anticipado", concluyen, justo por encima de anagrama y el sello de ETA.

"El lenguaje es cordial y no contiene amenazas, sí, pero la exigencia es la misma y en la mayoría de los casos están llegando a empresarios que ya han sufrido la extorsión", aseguran fuentes policiales del País Vasco. La existencia de esas misivas, su contenido y el análisis de la situación estarán recogidos en el tercer informe de verificación sobre la marcha del alto el fuego, que esta misma semana será entregado por las Fuerzas de Seguridad del Estado al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. El informe subrayará que con posterioridad a esta partida de cartas no se ha tenido conocimiento de otras misivas de extorsión de fecha posterior. La sensación de los investigadores es la de "tranquilidad absoluta" en relación con la actividad de ETA.

La llegada de las cartas al correo con posterioridad al alto el fuego se explica, según las fuentes consultadas, en el complicado sistema de elaboración y transmisión. Entre el redactor y quien finalmente las echa al correo, en distintas estafetas o buzones, las cartas pasan por varios intermediarios, que observan rígidas medidas de seguridad. En cada paso, la misiva se demora unos días, aseguran.

No obstante, el lenguaje exento de amenazas explícitas y el propio contenido de la carta indican que ETA sabía de sobra que llegarían con posterioridad al alto el fuego. Y su autor sabía también que, dados los pasos de seguridad a observar, llegarían con retraso y en pleno proceso de verificación del Gobierno.

La desaparición de la extorsión del llamado impuesto revolucionario es una de las exigencias del Gobierno para dar por verificada la permanencia del alto el fuego.

En los anteriores informes de verificación del alto el fuego se tenía constancia de la llegada de tres cartas. Ahora son, al menos, otras 10. Fuentes de la lucha antiterrorista no descartan que se localicen otras de la misma partida. Los expertos antiterroristas observan con atención la evolución del terrorismo callejero, uno de los sistemas de presión que utiliza ETA para cobrar el impuesto revolucionario. La banda ha puesto en marcha sistemas alternativos para lograr fondos movilizando a su entorno para que contribuyan a evitar su asfixia económica.