"Ahora tengo la fortuna de ser la mujer más poderosa del mundo"

Sin tediosas campañas electorales ni interminables recuentos de papeletas. Con la única ayuda de una docena de guionistas de todas las razas, sexos y militancias, la televisión estadounidense ha elegido un nuevo inquilino para la Casa Blanca: Geena Davis, protagonista de Sra. presidenta (Commander in chief), serie que emite los lunes (22.30) People & Arts (dial 27 de Digital +) y que La Sexta estrenará próximamente. Davis interpreta a Mackenzie Allen, vicepresidenta independiente de un Gobierno republicano que, tras la repentina muerte de su jefe, debe asumir el cargo.

En la vida real, esa carambola no es más que una quimera. "Parece mentira lo mucho que nos está costando", se queja la actriz. "Con lo adelantados que nos creemos en Estados Unidos, y ocupamos el 61º puesto en la lista de países con mayor proporción de mujeres en su Ejecutivo", añade la intérprete con esa mezcla de humor y horror con la que prefiere quitar hierro a la situación política de su país. En ese ámbito no tiene aspiraciones. "Lo único que he querido ser en mi vida es actriz y ahora tengo la fortuna de ser la mujer más poderosa del mundo sin tener que hacer carrera", bromea la ganadora de un Oscar por El turista accidental y de un Globo de Oro por su nuevo personaje televisivo.

Sra. presidenta no es un programa político, sino una serie de televisión, como la propia Davis y el creador de la producción, Rod Lurie, se hartan de repetir. "Yo lo veo más como un drama familiar que tiene lugar en el número 1.600 de Pennsylvania Avenue", explica Lurie haciendo referencia a la dirección de la Casa Blanca en Washington. Aunque a ratos adopta un tono realista y recuerda el perfil de la senadora Hillary Clinton, ahora con aspiraciones de alcanzar la presidencia del país.

La serie nació del deseo de Lurie de hacer televisión de calidad. Cansado del cine, donde sus trabajos fueron siempre recibidos con buenas críticas pero poco público (Candidata al poder o La última fortaleza), prefirió probar suerte en la televisión para desarrollar su última idea, la de un Estados Unidos presidido por una mujer. Aunque a ratos se pueda comparar con otra prestigiosa producción, El ala oeste de la Casa Blanca. "Lurie siempre ha dicho que de la misma forma que hay muchas series policiacas con éxito, está claro que hay sitio suficiente para un par de ellas sobre la Casa Blanca", asegura Davis.

Además de su condición femenina, le distingue del mandatario interpretado por Martin Sheen su condición de candidata independiente. Lurie, demócrata recalcitrante, pensó en hacerla republicana, pero la idea de situar a Mackenzie Allen al margen de la disciplina de partido, con conservadores y progresistas en contra, aumenta la tensión. Con el presidente del Congreso, Nathan Templeton (Donald Sutherland), como enemigo íntimo.

A los 50 años, Davis cuenta con algunos requisitos que le convierten en candidata perfecta, como su inteligencia y su presencia. "Aunque los hay que me encuentran intimidante", añade en referencia a su imponente altura, 1,83 metros. Madre de tres hijos, dos de ellos mellizos de poco más de dos años, la actriz comparte además con su personaje la necesidad de conciliar la vida laboral con la personal. Al esposo de Mckenzie Allen (Kyle Secor) no acaba de gustarle su papel de primera dama y su conservadora hija adolescente (Caitlin Wachs) considera que una mujer no debe estar en primera línea de Gobierno.