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"Hacemos aquí el mismo trabajo que en un campo de refugiados"

Imposible encontrar a un inmigrante subsahariano en Madrid que no conozca al Padre Antonio. Karibu, la asociación que fundó en 1990, es su primera parada en la capital. En Karibu, que significa "bienvenido" en suahili, les dan el primer disgusto: "Vienen con un folio de la policía que dice 'expulsión". Como nadie se lo ha traducido, piensan que son sus papeles y que podrán trabajar. Cuando les hacemos ver lo que hay, se llevan la gran sorpresa", explica Antonio.

"Las expectativas del inmigrante africano al salir de su país jamás se cumplen. Cuando están a punto de salir desde la costa de Mauritania, se dan cuenta de que el camino es mucho más largo, difícil y duro de lo que creían. Pero no pueden volver. No después de haberse llevado todo el dinero de su familia para el viaje", explica el coordinador general de Cruz Roja España, Antoni Bruel, que visitó Mauritania y los campamentos de Canarias a finales de marzo.

Además de esa primera dosis de cruda realidad, en Karibu les dan tratamiento médico, asesoramiento jurídico, ropa y clases de castellano. "Lo que hacemos aquí, en pleno Madrid, se llama ayuda humanitaria. Hago lo mismo que hacía en el campo de refugiados de Burundi". El Padre Antonio (Sarria, Lugo) fue de los últimos en marcharse. Lo hizo obligado por una carta muy explícita firmada por el propio presidente del país. Opina que el Gobierno discrimina a determinados inmigrantes: "Los africanos, en España, lo tienen bastante peor que otros colectivos. En los albergues, el suramericano pasa unos días y se va, porque enseguida encuentra trabajo. El africano sigue en el albergue. El suramericano se trae a la familia, y el africano se siente avergonzado porque los suyos esperan todo de él y él no tiene nada que ofrecerles".

Cruz Roja, que recibe a los subsaharianos sin papeles a pie de playa, ha percibido que muchos de los que llegan ahora a España son gente que ha estudiado en sus países de origen, que habla varios idiomas y que busca alternativas de vida. "La familia elige cuidadosamente al más formado, al más listo y al más fuerte para el viaje a Europa, porque piensa que sólo ellos podrán sobrevivir. Al final, es una sangría para sus países porque se va la gente más capacitada. Y muchísimas veces para terminar perdiendo la vida en el intento".

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