Ibarretxe dice que sigue deseando un diálogo "amable y racional" con el PP
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, expresó ayer su deseo de lograr entablar un diálogo "amable y racional" con el PP, en el modo que ese partido quiera, privado o público, pese a las descalificaciones y la petición de dimisión que le formuló el jueves en el Parlamento esa formación. En una intervención tras la misa de San Prudencio en Vitoria, Ibarretxe explicó su postura de no responder el jueves al parlamentario popular Carlos Urquijo, en su deseo de no entrar a jugar "en campo embarrado". Urquijo señaló en el pleno que el lehendakari "mancilla" el cargo que ocupa al dar el mismo trato que a las demás formaciones a la ilegalizada Batasuna, recibiendo a su portavoz, Arnaldo Otegi. Ello le habría inhabilitado para dirigir un gobierno democrático, añadió.
"Estoy dispuesto a contestar a argumentos y críticas razonables y constructivas", dijo Ibarretxe ayer, pero no a entrar en ese "campo embarrado" que, a su juicio, supone considerar como no democráticos a él o a su Gobierno. El lehendakari recetó "responsabilidad" para alcanzar los objetivos de hacer irreversible la paz, para entrar luego en la fase de "verificación democrática", que debe darse "con discreción" en el diálogo entre los partidos, para culminar en un acuerdo entre ellos que se someta a la consulta popular.
Sobre el apoyo prestado por el Parlamento el jueves a la reclamación por el ejecutivo de la documentación del primer Gobierno vasco existente en el Archivo de la Guerra de Salamanca, Ibarretxe se mostró seguro de que el asunto se resolverá "positivamente". "No tengo ninguna duda", afirmó, porque se trata de una cuestión "de justicia" y las cosas "no pueden desarrollarse de otra manera y van en esa dirección".
El lehendakari entendió también que su plan de paz y convivencia ha recibido una buena acogida, obvió las explícitas y duras críticas vertidas por el PP y el PSE, y confió en que se alcancen acuerdos durante su debate parlamentario.
Rabanera: sin réditos a ETA
Por su parte, el diputado general de Álava, Ramón Rabanera, que ofreció una recepción a la sociedad alavesa en el día de su patrón, pidió que no se dé pie a que la sociedad entienda que la violencia da "réditos políticos", porque ello podría ocasionar "una prolongación del fenómeno terrorista". A la banda terrorista le exigió que no interfiera, ni trate de "mediatizar o influir" la vida política vasca. "Los vascos esperamos con impaciencia su completa desaparición", añadió.
Rabanera dijo comprender tanto a quienes dan por finiquitado el terrorismo como a quienes desconfían de las intenciones de ETA hasta que no entregue las armas. En ese sentido, deseó "que la impaciencia no nos haga caer en ninguna trampa" y que el proceso se salde como "un gran éxito de la sociedad". Esto pasaría, afirmó, por "anular" el propósito impositivo de "manipulación y engaño" de la banda.
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