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Acción, aventura y corazón en la tercera 'Misión imposible'

"He tratado de humanizar al personaje" dice el director J. J. Abrams

Amelia Castilla

Tom Cruise no pudo viajar a Madrid para presentar la tercera parte de Misión imposible, pero la figura del actor norteamericano, al que muchos califican como el más poderoso de Hollywood, estuvo presente. "Agradable", "nada pretencioso", "humano", "buen actor", "tierno", "carismático"... Tanto el director del filme J. J. Abrams como la protagonista Michelle Monaghan se deshicieron en piropos con el actor, protagonista y productor también de esta tercera entrega que se estrena en España el 5 de mayo con más de cuatrocientas copias.

Empezó con los halagos el director, creador de series de televisión tan exitosas como Perdidos o Alias, pero debutante como realizador cinematográfico con la tercera Misión imposible. Según lo que contó ayer en la presentación de la película, J. J. Abrams (Nueva York, 1966) leyó el guión dos meses antes de la fecha prevista para el inicio del rodaje y le pareció que no era el tipo de historia que le gustaría contar. Cuando le explicó a Cruise que no podía hacerse cargo de la dirección porque no encajaba en su idea de cómo debía ser el filme y que su idea central pasaba por potenciar las emociones, el actor no sólo se mostró de acuerdo con él sino que le pidió que reescribiera el guión y optó por esperar casi un año para empezar el filme. "No fue fácil decidir meterse en un proyecto de estas características", contó el realizador debutante. "Durante toda mi vida he soñado con ser director, pero al principio tuve dudas. Después, cuando acepté tuve claro que iba a hacer lo que me gustaba y que no iba a dejarme impresionar por las dos películas anteriores de la saga y mucho menos porque estuvieran firmadas por directores tan importantes como Brian de Palma y John Wood".

Desde el principio, el director de Misión imposible III tuvo claro que quería darle una vuelta a la historia, buscar las emociones de la película y potenciarla con una trama íntima y una relación de amor. Su receta para distinguirse de las otras entregas fue compaginar la acción, el suspense y el corazón. Con esos tres elementos construyó una película en la que el espía Ethan Hunt se convierte en un tipo con sentimientos. "En la primera parte era un agente secreto, en la segunda un héroe capaz de cualquier cosa y en la tercera el peso de lo que hace le empieza a afectar. Tiene miedo y no sabe cómo controlar determinadas cosas", contó. Su secreto para sacar adelante el proyecto fue trabajar como lo había venido haciendo hasta ese momento en la televisión. "Siempre me han gustado mucho Tiburón o Alien, películas grandes porque son pequeñas", aclaró. Con esa idea arrancó un rodaje que por lo que ayer contaron fue como una balsa. Acabó dos días antes de lo previsto y sin necesidad de aumentar el presupuesto inicial. "Mi truco fue gastar poco y tenerlo todo preparado con antelación, algo que aprendí en la televisión". Entre los nuevos proyectos del director figura la producción de una nueva película de la saga de Star Treck.

Michelle Monaghan, que guarda un ligero parecido con Katie Holmes -"Gracias, es un halago"-, la compañera y madre de la hija del actor protagonista, ya ha firmado para participar en la cuarta entrega de la saga. "Cuando me llamaron me sentí merecedora de algo importante, supuso un reto y un desafío participar en el filme, pero ahora tengo claro que servirá como lanzamiento de mi carrera". La actriz contó que participó en una audición con Tom Cruise, que entonces estaba rodando con Spielberg La guerra de los mundos, pero que cuando le confirmaron su participación, casi un año después, fue una gran sorpresa.

Lo mejor del rodaje y el recuerdo que guardará siempre la actriz fue contemplar el duelo final entre Cruise y el malo de la película. Philip Seymour Hoffman, protagonista de Capote, interpreta en el filme a un poderoso traficante internacional de armas y de información. El actor ya había sido elegido cuando el director se incorporó al filme, pero tuvo muy claro desde el principio que quería un villano que tuviera vida, lo más alejado posible de una caricatura. Como toque final, la banda sonora de la película la firma Michael Graccimo y el rapero Kanye West pone voz a los créditos.

El director de la tercera parte de <i>Misión imposible,</i> J. J. Abrams, y la protagonista, Michelle Monaghan.
El director de la tercera parte de Misión imposible, J. J. Abrams, y la protagonista, Michelle Monaghan.CLAUDIO ÁLVAREZ

Dos cortes y una protagonista

Tacones imposibles y un vestido estampado suelto. Michelle Monaghan demostró ayer en Madrid que además de buena actriz sabe encajar con una sonrisa cualquier pregunta. Participó en los rodajes de Syriana y Constantine pero sus escenas desaparecieron de la versión final de ambas películas. En lugar de desanimarse, esta actriz de 30 años ha sabido aprovechar el momento que le ha brindado la tercera parte de Misión Imposible. "No soy ni la primera ni la última actriz a la que le ocurre algo parecido. Pero tuvieron la amabilidad de darme un DVD con mi actuación, que presenté a Misión Imposible", contó. En la película, el agente secreto Ethan Hunt ha dejado el servicio activo y está a punto de casarse con su novia, Julia, una enfermera que cree que su futuro marido trabaja estudiando las modalidades del tráfico. Su papel en el filme, según contó, es el de la típica persona que sacada de su entorno tiene que enfrentarse a una situación extraordinaria.

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