El Ayuntamiento de Almonte aprueba querellarse contra el PA por el caso del incendio

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Almonte (Huelva) aprobó ayer la interposición de una querella criminal contra los miembros del Partido Andalucista (PA) que "han imputado al equipo de gobierno un delito sin pruebas ni fundamentos", en relación al incendio de una vivienda en obras propiedad del primer vicesecretario general del PA de Almonte, Lázaro Parras (quien ayer apareció en este periódico por error como edil del Ayuntamiento de Almonte, cargo que no ocupa).

Desde el primer momento, los representantes del PA relacionaron el incendio con el tenso clima político que se vive en el pueblo debido a la oposición del PA y del PP a la estrategia urbanística del Ayuntamiento socialista dirigido por el alcalde Francisco Bella. En este sentido, ayer, el mismo Lázaro Parras intentó rebajar el tono. "No acusamos a nadie. Pero sí creo que este suceso se ha dado por mi vínculo político", dijo.

El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Almonte, José Villa García, criticó la "deplorable" situación creada hoy por la actitud de dos concejales del PP en el Consistorio durante una comisión informativa, en la que "han perdido toda compostura y han proferido insultos a gritos llamando a los socialistas terrorista".

Mientras, el secretario general del PP de Huelva, Jesús Toronjo, pidió ayer al equipo de Gobierno del PSOE en Almonte que "deje de acosar y perseguir a los partidos de la oposición". Tras mantener un encuentro con el grupo del PP para mostrarle su "apoyo", Toronjo consideró que el equipo de Gobierno del PSOE "está demostrando un gran nerviosismo ante las denuncias sobre irregularidades urbanísticas en la localidad".

Fuentes cercanas a la investigación del incendio que se declaró el martes señalaron que, debido al retraso en la presentación de la denuncia, realizada al día siguiente, los agentes de la unidad científica de la Guardia Civil, encontraron las pruebas "alteradas".

Lázaro Parras reconoció ayer que, el día del siniestro, "presa de los nervios del momento", recogió del lugar de los hechos lo que, según él, era la prueba de la intencionalidad del incendio: un tubo relleno de azufre y pólvora que se habría colado por una ventanilla de ventilación y que hizo las veces de mecanismo de ignición de las llamas. Dicho tubo lo entregó a la policía local. "Supongo que lo mejor hubiese sido dejarlo en su sitio", afirmó el propietario de la vivienda siniestrada. El andalucista, cree que esa prueba no fue bien custodiada. Por otro lado el andalucista declaró ayer que los desperfectos causados por las llamas no se los cubrirá ningún seguro, ya que "en el momento del incendio no tenía ninguno".