Troceando la naturaleza
Botánicos andaluces denuncian la progresiva desaparición de vegetales endémicos
Los cambios en el uso del suelo, por la extensión de prácticas agrícolas o la aparición de aprovechamientos turísticos, pueden ocasionar graves daños a poblaciones de especies vegetales amenazadas. Este tipo de procesos se manifiestan, con particular intensidad, en Granada y Almería, donde la fragmentación de terrenos favorables a determinadas especies está ocasionando la progresiva desaparición de un patrimonio botánico único en Europa. A juicio de los especialistas, endemismos como Linaria nigricans tienen los días contados si no se frenan estas alteraciones.
A pesar de que se ha dictado legislación más que suficiente para proteger los espacios y las especies más valiosas de la comunidad andaluza, algunos procesos de extinción no se han detenido e, incluso, se han acelerado en los últimos años. La destrucción y fragmentación de aquellos hábitats que resultan favorables para determinadas especies de flora, endémicas y con un número reducido de poblaciones viables, se ha convertido en una de las principales amenazas para un patrimonio botánico único en Europa, que se concentra en determinadas localidades del sureste ibérico.
Este fenómeno está siendo investigado por un equipo multidisciplinar compuesto por especialistas de las universidades de Granada, Almería y Salamanca, que han concentrado su trabajo en la conservación de varias plantas endémicas, raras y amenazadas, que crecen en este sector del país, y entre las que se encuentra la Linaria nigricans. Esta especie se ha convertido en el mejor ejemplo de estos silenciosos procesos de destrucción, ya que sólo habita en cuatro enclaves almerienses (Tabernas, salinas de Cabo de Gata, Campohermoso y Pulpí) cuya evolución poblacional ha podido estudiarse desde 1957 hasta 2005.
Después de analizar las fotos aéreas tomadas a lo largo de tan dilatado periodo de tiempo, y contrastar toda esa información, a pie de campo, durante 2004 y 2005, este grupo de investigadores sospecha que, de no ponerse remedio, es una especie condenada a la extinción. Como explica Julio Peñas, profesor del Departamento de Botánica de la Universidad de Granada, "existe una fuerte tendencia lineal de descenso en la superficie de hábitat disponible, con lo que podemos realizar una predicción del momento en que la especie va a desaparecer si persisten las actuales amenazas". Esta predicción tiene fecha en el calendario: "Nuestras previsiones indican la desaparición total del hábitat en Campohermoso para 2023, en Pulpí para el año 2027 y en Tabernas para 2181".
En definitiva, concluye este botánico, "los datos disponibles indican que es de extrema urgencia salvaguardar las poblaciones de Campohermoso y Pulpí de una inminente desaparición". Pero la tarea no es fácil, puesto que las amenazas son de gran intensidad y difícil control. En el caso de Campohermoso, los principales daños vienen de los invernaderos que ocupan los terrenos de este vegetal exclusivo, explotaciones cuya implantación continúa a un ritmo imparable alimentado por las expectativas de mayor disponibilidad de agua que promete la desaladora de Carboneras. La amenaza agrícola también está presente en la zona de Tabernas, y en el caso de Pulpí son los aprovechamientos turísticos los que van ganándole terreno a la Linaria y, de hecho, asegura Peñas, "la prevista urbanización de la playa de la Entrevista daría al traste con más del 95 % de la población localizada en este municipio".
Los nuevos usos del suelo que se plantean en estas localidades suponen, entre otras alteraciones, la destrucción directa de la capa de tierra superficial o bien la compactación de la misma, circunstancias que impiden la supervivencia de esta y otras plantas y eliminan, asimismo, sus bancos de semillas. El hábitat se va fragmentando hasta que se hace inviable el mantenimiento de estos vegetales, especies que la propia naturaleza sustituye por otras de carácter generalista y poco interés. En definitiva, precisa Peñas, la Linaria es un indicador de esa situación, común a otras zonas rurales, donde "progresa el abandono de una agricultura y una ganadería tradicionales, mientras se van desarrollando actividades humanas con mayor impacto". En ese camino, el patrimonio natural se va empobreciendo sin remedio.
Así las cosas, sólo mantiene expectativas de supervivencia la población situada en las salinas del Cabo de Gata, la única que se beneficia de la protección que brinda el estar incluida en los terrenos de un parque natural donde se limitan las actividades más agresivas. Pero, muy posiblemente, este reducto sería insuficiente para salvar a la especie, y, de hecho, los especialistas que han llevado a cabo esta investigación han solicitado a la Consejería de Medio Ambiente que recalifique a la Linaria, ya que hasta ahora se consideraba "vulnerable" cuando debería pasar a la categoría de "en peligro".
sandoval@arrakis.es
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