Por España, Andalucía y Marbella

Que estamos ante un momento trascendental para nuestra comunidad lo demuestra lo grave y rimbombante que son los planteamientos de los distintos partidos políticos. En el último tramo de la aprobación del texto de reforma del Estatuto de Andalucía, hay quien apela al sagrado interés de nuestro país, y de lo que sea, con tal de justificar así contradictorios cambios de opinión cuando no, para salir del atolladero en el que se han metido. El presidente andaluz, Manuel Chaves apela al interés general en busca de un difícil consenso, y, acepta modificaciones para que quede garantizada la unidad indivisible de España. Por su parte, Arenas, también está dispuesto a flexibilizar sus posiciones iniciales y muestra algo de voluntad para dar lugar a un acuerdo "in extremis", aunque sigue haciendo ascos a lo de "realidad nacional". Se lo han puesto tan difícil los suyos, "esto es una broma", dice Rajoy en referencia al estatuto andaluz, que va a tener que hilar muy fino para evitar aparecer ante los andaluces como un opositor a este cambio de nuestra principal normal autonómica. Con estos antecedentes, parece claro que no hay que esperar mucho del encuentro previsto esta semana, feria en Sevilla, entre Arenas y Chaves.

En cuanto a los andalucistas, otro tanto de lo mismo. Lo de incluir el término de "nación" es irrenunciable, dicen, a sabiendas de que el PSOE rechaza tanto ésa propuesta como algún que otro atajo legislativo que se le planteó en este sentido. Y así, si bien se negaron tajantemente a más encuentros con el presidente andaluz hasta que no pidiera perdón públicamente por haber filtrado los "papeles" en los que, según los socialistas, el mismo PA traicionaba sus exigencias, dejan a un lado su orgullo herido y piden una segunda oportunidad, también, por el bien de Andalucía. Una nueva entrevista con la que realizar un esfuerzo más en busca del entendimiento. Como se puede comprobar, la capacidad de sacrificio del PA se pone una vez más a prueba. A pesar de romper relaciones con el PSOE, están dispuestos al diálogo, tal es la entrega a esa aspiración mayor como es el futuro de Andalucía.

Así que todos comprometidos con la causa. Y no sólo por nuestra comunidad y por España. Si no, también por Marbella. Ahí tienen cómo han dejado en la estacada a Salvador Guerrero, prestigioso letrado que se prestó a que empleasen su nombre como representante del PP en la comisión gestora. Al final, los populares no soportaron el escándalo que se montó, a pesar de la tibia reacción del PSOE, al conocerse que era defensor de algunos de los implicados en el caso "Malaya" y lo dejan tirado. Alguien con dos dedos de frente, le podría haber ahorrado que hiciese el ridículo. Pero por el bien de Marbella, el PP optó por abandonarle a su suerte. Y en el PA, ocurre al contrario. Igualmente, guiado por el interés de la ciudad, apuesta por dos personas que fueron interventores del GIL, condición ésta que, a juicio de los andalucistas, no es motivo de sospecha alguna, ya que así, entienden, al tener perfecto conocimiento del entorno en donde van a trabajar, se entregarán aún más por la defensa del bien de todos.