Francisco Ayala finaliza hoy la lectura ininterrumpida del 'Quijote'
La lectura continuada de El Quijote, que el viernes inició el escritor mexicano Sergio Pitol, después de recibir el Premio Cervantes, y que continuaron Carmen Calvo, ministra de Cultura, y Mercedes Cabrera, ministra de Educación, transcurrió ayer en un ambiente festivo en el Círculo de Bellas Artes (CBA), donde muchos ciudadanos anónimos -un millar hasta entonces- se alternaron para recrear la genial novela, con invitados y personalidades del escenario internacional. Hoy será el escritor Francisco Ayala quien lea el "vale" final.
Bien pasada la madrugada del sábado, el filósofo italiano Vincenzo Vitiello, de la Universidad de Nápoles, acudió al CBA junto con su director, Juan Barja, para sumarse a la iniciativa y leyó en castellano un fragmento correspondiente a la primera parte de la obra.
Ayer, a las cuatro de la tarde, abrieron la segunda parte del libro niños de un campamento del Frente Polisario en el Sáhara, a los que se grabó sobre el terreno, dada la imposibilidad técnica de hacer la conexión en directo, que se mantiene, mediante 26 videoconferencias y líneas telefónicas, con personas de diversos puntos del planeta. A las cinco y media de la tarde se conectó con reclusos de tres cárceles de Madrid.
Pedro Núñez Morgades, Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid; Rosa Regàs, directora de la Biblioteca Nacional; Rafael Blanco, director general de Deportes del Consejo Superior; Mónica García, diputada del PP por la Asamblea de Madrid, y el ex ministro de Exteriores Fernando Morán leyeron también las andanzas del ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha.
Fuentes de la institución comentaron ayer que, al haber comenzado la lectura de la novela el viernes por la tarde, este año se han visto menos colegios y más participación del ciudadano de la calle, que a pesar de la lluvia se acercó al edificio de la calle de Alcalá para leer la obra inmortal. La lectura concluirá hoy, Día del Libro, casi 48 horas después de que fuera iniciada, cuando el escritor Francisco Ayala preste su voz centenaria para acabar la novela.
