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Crónica:Fútbol | Semifinales de la Copa de la UEFA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Palop hace soñar al Sevilla

El meta sevillista sostiene a su equipo en un partido sin control, y el Steaua derrota al Middlesbrough (1-0) en la otra eliminatoria

El Sevilla comenzó el partido jugando al rugby: saque de centro y pelotazo inmisericorde a la banda izquierda de Martí. En tres segundos ya quedó claro que Juande Ramos quería poner la pelota en terreno contrario como fuera. Aunque fuera olvidándose un poco de lo que él mismo ha procurado imponer como método de juego para el equipo. El juego de combinación y de toque quedaba a expensas de los rebotes o rechaces que se produjeran tras los balones largos que se les había ordenado enviar a los centrocampistas. Con este estilo del deporte hermano mayor del fútbol, la defensa se colocó en una línea sobre la mitad de su porción del terreno de juego.

El Schalke -aunque seguramente no se esperaba la actitud de su contrincante- apostó por seguir la rodada, por hacer el juego que mejor le sale. El pivote Poulsen apoyaba en defensa y Ernst en la presión, Altinton y Asamoah por la derecha y Varela y Ernst por la izquierda hacían el terreno de juego ancho al tiempo que clavaban a los laterales sevillistas en la retaguardia. Esta cosa tan sencillota le hizo mucho daño al Sevilla, pues le privó de una de sus sorpresas favoritas: las subidas de Alves. Además, obligaba a su futbolista más en forma a dedicarse a lo que peor hace, que no es otra cosa que defender. Tan sólo Saviola les producía algo de picor a los alemanes con sus carreritas cortas.

SCHALKE 0 - SEVILLA 0

Shalke: Rost; Rafinha, Bordon, Krstajic, Kobiashvili; Poulsen, Altintop (Lincoln, m. 46), Ernst; Asamoah, Larsen y Varela (Kuranyi, m. 64).

Sevilla: Palop; Alves, Javi Navarro, Escudé, David; Navas, Maresca, Martí, Puerta (Adriano, m. 81); Saviola (Luis Fabiano, m. 61) y Kanouté (Renato, m. 31).

Árbitro: Tom Henning (Noruega). Enseñó cartulina amarilla a Javi Navarro y Ernst (que no jugarán el partido de vuelta). Expulsó con roja directa a Krstajic por un codazo a Navas en el minuto 80.

Unos 60.000 espectadores en el Veltins Arena de Gelsenkirchen, con presencia de más de 3.000 aficionados sevillistas. La vuelta se jugará en el Sánchez Pizjuán el próximo jueves. En la otra semifinal, el Steaua de Bucarest ganó 1-0 al Middlesbrough inglés.

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Un estadio paradisiaco

A los alemanes les fue saliendo cada vez mejor lo que han hecho toda la vida y al Sevilla peor lo que le mandaron hacer ayer. La movilidad le permitía al Shalke presionar casi siempre en mayoría y atrapar una y otra vez la pelota. En uno de estos robos, Altinton y Asamoah tocaron y tocaron hasta que el turco encontró un hueco para meter el balón a la olla. Allí, Larsen se merendó a Alves, cabeceó al centro, varios defensores sevillistas no consiguieron despejar y Asamoah, que había seguido con inteligencia la jugada, llegó y chutó según le venía. Pero Palop paró el difícil tiro. Eso ocurría en el minuto 7. El mismo en el que el Sevilla empezó a sufrir.

Además, a la media hora, Kanouté se retiró lesionado. Ramos sacó entonces Renato e, inopinadamente, le colocó en la media punta. De nuevo demostraba el entrenador sevillista que no quería toque en el centro del campo, que sólo estaba permitido sobar la bola si estaba al borde del área de los alemanes. Renato es un jugador entre pausado y lento y desde luego no tiene alma de atacante. Quizá por eso, bastante después, en el minuto 60, ni siquiera armó la pierna -y falló la mejor oportunidad de su equipo- cuando Maresca se coló hasta el fondo y pasó atrás para que el brasileño, que no es punta, ni siquiera media punta, hiciera la estatua de sal.

Navas tuvo las dos únicas oportunidades sevillistas en la primera mitad. Saviola birló el balón, se fue a por lo defensas e intentó su ya clásico túnel en carrera. No le salió, como no le salió nada en toda la noche, pero el rebote le llegó a Navas y el interior chutó fuerte según le venía, pero Rost acertó a detener el remate. Lo mismo que a diez minutos del descanso, cuando otra vez Navas se acercó al gol. El joven sevillano continuó siendo lo mejor del ataque sevillista. De tal forma buscó las cosquillas a Krstajic, su marcador, que éste acabó expulsado, desquiciado.

Si Navas tiró del Sevilla en ataque, fue Lincoln quien dio vida al Schalke en la segunda mitad, periodo en el que Palop trabajó a destajo y, pleno de acierto, mantuvo al Sevilla, que no tuvo el control ni siquiera cuando tuvo un jugador más. Ahora, tras la resistencia en Alemania, al equipo de Juande le queda una cita a domicilio antes de engrandecer su historia.

Palop desvía un remate de Kuranyi en los últimos minutos del partido.
Palop desvía un remate de Kuranyi en los últimos minutos del partido.REUTERS

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