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Un año de pontificado

Benedicto XVI repasa las crisis mundiales

en su primera bendición 'urbi et orbi' El Papa pide un Estado palestino y una "salida honrosa" para la tensión nuclear iraní

Enric González

Benedicto XVI emitió ayer, en el día en que cumplía 79 años, su primer mensaje pascual y su primera bendición urbi et orbi, a la ciudad de Roma y al mundo. El Papa deseó que en Irak prevalezca "finalmente la paz sobre la trágica violencia", que se respete "el justo derecho de Israel a existir en paz" y que el pueblo palestino consiga "un auténtico Estado propio", y que la crisis nuclear iraní se resuelva con "una salida honrosa para todos mediante negociaciones serias y leales". También pidió a Dios que dé "serenidad a Italia" en "el particular momento que vive en estos meses", mientras Silvio Berlusconi se niega a reconocer su derrota en las urnas.

Era la vigilia del primer aniversario de Joseph Ratzinger como pontífice del catolicismo, y más de 100.000 personas se congregaron en la plaza de San Pedro para asistir a la misa de Resurrección y recibir la bendición urbi et orbi. Benedicto XVI, que en el Via Crucis de Viernes Santo había denunciado la existencia de "un anti-Génesis, un orgullo diabólico encaminado a acabar con la familia" y a modificar "la propia gramática de la vida como Dios la ha pensado y querido", se centró ayer en la situación internacional.

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El Papa comenzó por el continente africano. "Que el espíritu del Resucitado", dijo, "traiga consuelo y seguridad, particularmente a África y a las poblaciones de Darfur [guerra civil en Sudán], que atraviesan una dramática e insostenible situación humanitaria; a las de las regiones de los Grandes Lagos [guerra y genocidio de Ruanda], donde muchas heridas aún no han cicatrizado; a los pueblos del Cuerno de África, de Costa de Marfil, de Uganda, de Zimbabue y de otras naciones que aspiran a la reconciliación y al desarrollo".

"Que en Irak se imponga finalmente la paz sobre la trágica violencia, que continúa causando víctimas despiadadamente", siguió. "También deseo ardientemente la paz para los afectados por el conflicto de Tierra Santa e invito a todos a un diálogo paciente y perseverante que elimine los obstáculos antiguos y nuevos. Que la comunidad internacional, que reafirma el justo derecho de Israel a existir en paz, ayude al pueblo palestino a superar las precarias condiciones en que vive y a construir su futuro encaminándose hacia la constitución de un auténtico Estado propio".

Ratzinger hizo luego un llamamiento para que en Latinoamérica mejoren las condiciones de vida, sea "extirpada la execrable plaga de los secuestros de personas" y se consoliden las instituciones democráticas. En último lugar, se refirió a la crisis suscitada por los proyectos nucleares del gobierno de Teherán: "Por lo que respecta a las crisis internacionales vinculadas a la energía nuclear", dijo, refiriéndose a Irán sin mencionarlo, "que se llegue a una salida honrosa para todos mediante negociaciones serias y leales, y que se refuerce en los responsables de las naciones y de las organizaciones internacionales la voluntad de lograr una convivencia pacífica entre etnias, culturas y religiones, que aleje la amenaza del terrorismo. Éste es el camino de la paz para el bien de toda la humanidad".

Concluido el mensaje, Benedicto XVI impartió la bendición urbi et orbi en 63 idiomas. Sus palabras fueron retransmitidas a 74 países a través de 104 emisoras de televisión. El Papa comenzó por la lengua italiana, y agregó a la bendición una referencia a la situación en Italia, donde una campaña electoral muy crispada ha desembocado en un resultado ajustadísimo que suscita incertidumbre y nuevos enfrentamientos políticos: "En el particular momento que vive Italia en estos meses", afirmó, "que el Señor Resucitado aporte serenidad a la comunidad nacional y refuerce en cuantos trabajan a su servicio el vivo deseo de perseguir objetivos de concordia y de auténtico desarrollo por el bien de todos".

Más de 100.000 fieles se concentraron ayer en la plaza de San Pedro para recibir del papa Benedicto XVI la bendición <i>urbi et orbi.</i> En primer plano, el pontífice en el balcón del Vaticano.
Más de 100.000 fieles se concentraron ayer en la plaza de San Pedro para recibir del papa Benedicto XVI la bendición urbi et orbi. En primer plano, el pontífice en el balcón del Vaticano.REUTERS

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