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Un juez holandés libera al español detenido en un avión de Iberia

Rafael Lasfuentes Villar, el español de 32 años detenido por la policía holandesa el pasado viernes por haber amenazado supuestamente con hacer estallar el avión de Iberia entre Amsterdam y Madrid, fue puesto este jueves en libertad sin cargos. Según la fiscalía de Haarlem, distrito judicial al que pertenece el aeropuerto internacional de Schiphol, se trató de una confusión verbal.

El pasajero habría dicho "allá vamos", al despegar. Su vecina de asiento lo interpretó como un "vamos a volar por los aires" y avisó al auxiliar de vuelo. Dicha versión ha sido sostenida por la defensa holandesa de Lasfuentes ante los jueces. Sin embargo, su nerviosismo y lo incongruente de sus respuestas cuando le pidieron explicaciones, llevaron al comandante a regresar. Los fiscales no creen que tuviera la intención de amenazar el vuelo y el caso está cerrado.

El malentendido provocó un aterrizaje de emergencia a los pocos minutos del despegue del aparato, un Airbus 320 de Iberia con 156 pasajeros a bordo. El pasajero, jefe de ventas de la empresa soriana Señalizaciones Villar, viajaba en la fila 27, junto a dos mujeres. La que estaba a su lado, acostumbrada a volar y empleada en La Haya, aseguró haber oído una exclamación que difiere de la descrita por la defensa holandesa del arrestado. Según ella dijo: "El avión estallará en pocos minutos". De ahí que pusiera de inmediato sobre aviso a uno de los cuatro auxiliares de vuelo.

Otra viajera, sentada delante, la conocía bien y respondió de su seriedad de carácter. Fue entonces cuando el azafato le preguntó al pasajero sobre sus palabras. Al no dar una respuesta coherente, ni tampoco dejar que revisaran su bolsa de mano, según la versión de los testigos más próximos, fue informado el comandante. "Ante una situación así, la decisión acertada era la de volver. Imagínese el pánico a bordo si seguimos adelante y el pasaje lo averigua", declaró el copiloto una vez en España.

Una persona "muy normal"

Lasfuentes Villar regresaba de Amsterdam donde había visitado una feria de seguridad vial. Algunos de los colegas que estuvieron presentes en el mismo evento lo describieron como una persona "muy normal". También sugirieron que tal vez mencionara las bombas de pintura utilizadas en la señalización de las carreteras. Pero la pasajera que alertó al personal de vuelo dijo que no oyó una frase coloquial con doble sentido. El estado de ánimo de Lasfuentes no era el propio del que ha dicho algo banal, según la otra viajera, quien añadió que "estaba muy agitado y no daba respuestas convincentes".

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Una vez de vuelta en el aeropuerto de Amsterdam-Schiphol, y después de haber evacuado el avión, la policía militar detuvo al español y lo trasladó a sus dependencias. La situación pareció complicarse aún más, cuando el juez, tras tomarle declaración durante dos horas, prolongó el pasado martes la prisión preventiva dos semanas más. Dicha medida quedó sin efecto al decidir la fiscalía que no había motivos para encausarle.

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