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Mittal, una oferta con ventajas

La oferta de Mittal sobre Arcelor, tras varias semanas de recorrido, ha suscitado ya muchas opiniones y cierto revuelo parejo a su importancia ya que Mittal Steel, primer productor mundial de acero, está dando los pasos para crear un líder global, tres veces más grande que su inmediato competidor, en un sector donde el tamaño es cada día más un factor estratégico. Desgraciadamente, no todas las opiniones publicadas sobre la OPA se corresponden con la realidad y, de hecho, se han acuñado algunos mitos muy engañosos que me gustaría desmentir.

En primer lugar, se dice que Mittal Steel es la compañía de un solo hombre. Creo, sinceramente, que no hay ninguna razón por la que Lakshmi Mittal tenga que pedir disculpas por el espíritu emprendedor que le ha llevado a crear a lo largo de 20 años el líder mundial del acero y, con ello, a generar empleo y riqueza en 17 países. Ese mismo espíritu es, sin duda, el que ha permitido a empresas españolas convertirse en historias de éxito, desde el Banco Santander a El Corte Inglés pasando por Zara, Sol Meliá, Alsa, Planeta, Chupa-Chups... Sin embargo, es ingenuo no darse cuenta de que el mérito de emprendedores como Mittal no es sólo tener la visión creadora del negocio, para triunfar deben tener la capacidad de generar estructura, valerse de gestores capaces de llevar las empresas adelante y lograr resultados, tal como ha hecho Mittal para dirigir un equipo con 225.000 empleados de 49 nacionalidades en cuatro continentes.

Otro de los mitos más repetidos para atacar la OPA es el de que Mittal no entiende el modelo social europeo. Lo más importante que cualquier modelo social debe hacer es crear y proteger el empleo y Mittal tiene un historial excelente en este sentido. Un ejemplo: el negocio de productos largos de Usinor en Francia, que Arcelor vendió porque no era capaz de hacerlo viable y Mittal lo llevó a los números negros, protegiendo y dando continuidad a muchos empleos. Lo mismo se puede decir de Alemania o Polonia, donde Mittal ha hecho rentables plantas que de otra manera ya habrían cerrado. Esto lo entienden mejor que nadie los trabajadores y, por eso, en todos los países la compañía tiene buenas y constructivas relaciones con los sindicatos, cuyos representantes participan en el proceso de decisión de las plantas. Gran parte de los directivos de Mittal somos europeos y la compañía se siente perfectamente a gusto con el modelo social europeo que es el modelo de todas sus plantas en el continente.

En este capítulo de mitos o sambenitos hay que hablar también de las acusaciones de falta de transparencia. Si a alguien le cupieran dudas sobre Mittal, baste recordar que cualquier compañía que cotice en la Bolsa de Nueva York está sujeta a las normas de gobierno corporativo más estrictas del mundo y tiene un consejo de administración con mayoría de independientes. Por si esto fuera poco, más allá de las obligaciones de información impuestas por los reguladores, Mittal es una empresa sensible a las inquietudes y preocupaciones de los diferentes stakeholders. Precisamente por eso, lleva meses compaginando el trabajo de preparación de la OPA con un laborioso roadshow para explicar a los Gobiernos y otros actores interesados sus planes. Porque para nuestro grupo es importante convencer a los accionistas, pero también a los distintos grupos con intereses legítimos en Arcelor, llámense Gobiernos, trabajadores, sindicatos y ciudadanos en el alfoz de las plantas.

Hay otros mitos genéricos e igualmente falsos, como que Mittal produce sólo acero de baja calidad cuando en realidad es el líder en la producción de chapa para la exigente industria norteamericana del automóvil. Pero no quiero dejar de citar uno específicamente relacionado con España y el futuro de las plantas asturianas. Algunos malintencionadamente afirman que "cuando se unifique el grupo los empleos se irán hacia los países en desarrollo con bajos costes" y tengo que decir que no es verdad. España es un mercado especialmente atractivo por su alto ritmo de crecimiento y las plantas de Arcelor tras la fusión continuarán trabajando para dar servicio a sus mercados actuales, para lo que están bien equipadas y bien emplazadas en una industria donde los costes de logística son muy importantes.

Éstas son algunas cosas que se dicen, otras muy elocuentes sin embargo pasan casi desapercibidas. La más importante de ellas, quizás, que los mercados ya han aplaudido la lógica industrial de la operación aumentando la cotización de las dos compañías, opante y opada, al valorar muy positivamente las ventajas del grupo resultante.

Creo que quienes tienen responsabilidades hacia los ciudadanos y la capacidad de escribir opinión deberían tener en cuenta todas estas razones antes de hacer juicios temerarios e infundados y de calificar a un empresario responsable y respetable como "jugador de ventaja", tal como hacía ayer el señor Masip en este periódico.

Roeland Baan es consejero delegado de Mittal Steel Europa.

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