Medio millar de personas reivindican la "cultura libre" ante El Molino
La Guardia Urbana permitió instalar equipos de sonido en la calle
Unas 500 personas se congregaron ayer por la tarde delante del teatro El Molino, en la avenida del Paral·lel de Barcelona. Su objetivo: retomar el programa de actividades culturales que tenían pensado desarrollar en el teatro Arnau, un espacio que ocuparon el viernes por la noche y del que fueron desalojados sólo unas horas más tarde por la Guardia Urbana, que adujo razones de seguridad. Agrupados bajo la plataforma Espacio Liberado para la Cultura, los jóvenes -algunos llegados del mundo de la cultura y otros del movimiento okupa- se concentraron a las cinco de la tarde en la calle.
Los problemas con la Guardia Urbana empezaron nada más llegar. Una docena de agentes municipales impidieron que los jóvenes entrasen en la plaza los equipos de música necesarios para celebrar las actuaciones musicales. Tras unos minutos de calma, que los concentrados aprovecharon para leer un comunicado en el que reivindicaban la cultura "libre y no mercantilizada", volvió la tensión cuando un grupo intentó desplegar una pancarta. Finalmente, los interlocutores de cada bando llegaron a un compromiso: se podría tocar música, pero sólo hasta las diez de la noche.
"En Barcelona hay muchos teatros que están vacíos y que deberían abrirse a la gente", dijo Marina la Canillas, cantante del grupo Ojos de Brujo. Los vecinos de la plataforma Fem Girar el Molino también apoyaron la reivindicación de los jóvenes y piden la reapertura de esta histórica sala barcelonesa. "Queremos que se hagan actividades y el teatro se restaure, antes de que sea demasiado tarde y caiga", explicó la portavoz, Charo Martín.
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