Políticas de conciliación "escasas, ineficaces y confusas"
Las dificultades para aunar trabajo y familia se resuelven con guarderías y flexibilidad de jornada, según un estudio
"Hoy es ya un hecho que en la mayoría de las familias con hijos pequeños ambos cónyuges están en el mercado de trabajo. Sin embargo, las políticas de conciliación no sólo son escasas, sino ineficaces y confusas". Es una de las conclusiones del estudio Conciliar las responsabilidades familiares y laborales: políticas y prácticas sociales elaborado para la Fundación Alternativas (próxima al PSOE) por el director del Instituto de Estadística de Andalucía, Juan Antonio Fernández Cordón, y la catedrática de Sociología de la Universidad Carlos III Constanza Tobío.
El estudio, presentado recientemente, destaca el importante aumento en los últimos años de la actividad de las mujeres entre 25 y 39 años, la franja de edad en la que suelen ser madres (seis de cada diez mujeres que dan a luz en España han cumplido 30 años, según los datos del Instituto Nacional de Estadística).
La abuela materna es un personaje clave para que las trabajadoras puedan ser madres
Entre los 25 y los 29 años son activas (trabajan o están dispuestas a hacerlo) el 79,4% de las mujeres, según los datos del segundo trimestre de 2005 de la Encuesta de Población Activa que recoge el trabajo (véase gráfico). En 1981 eran activas el 37,4% de las mujeres en ese tramo de edad. No obstante, debido a los cambios metodológicos en la citada encuesta, "las tasas no son estrictamente comparables", advierten los autores. Entre los 30 y los 34 años, la tasa de actividad femenina alcanza el 75,6% (era el 27,% en 1981). En el tramo de 35 a 39 años asciende al 69% (26,3% en 1981). El importante incremento de la actividad femenina se debe no sólo a la creciente entrada de mujeres en el mercado laboral, sino también a que permanecen en él en gran medida.
El trabajo recoge que la necesidad de conciliar recae más en las mujeres que en los hombres dada la falta de reparto equitativo de las tareas domésticas y de cuidado. Destaca la escasez de recursos públicos destinados a la conciliación en un sistema con tres ejes: permisos para el cuidado de familiares dependientes, desgravaciones fiscales para las madres trabajadoras con hijos menores de tres años (100 euros al mes) y guarderías públicas. "Están insuficientemente dotados desde el punto de vista económico, situándose España entre los últimos países de la UE en gasto social a favor de las familias", detalla el estudio encargado por la Fundación Alternativas.
Esas carencias de las políticas públicas "contrasta con la variedad de estrategias privadas, generalmente de carácter informal, que las madres que trabajan despliegan para hacer posible su doble responsabilidad", puntualizan los autores del trabajo. "La abuela materna emerge como un personaje clave para hacer posible que las trabajadoras sean madres", añaden. Una "minoría significativa" recurre a la ayuda remunerada, "en muchos casos gracias a un nuevo tipo de inmigración orientada a este tipo de tareas, que lo hace posible".
Los autores consideran que existen cuatro situaciones en las que se agravan las dificultades para hacer compatibles el trabajo y la familia: el cuidado de los niños en edad preescolar (especialmente los menores de dos años), el cuidado de los pequeños cuando enferman o durante las vacaciones escolares y la falta de adecuación entre los horarios laborales y docentes. Proponen un abanico de soluciones que va desde la apertura temprana y el cuidado de los niños en los colegios al acabar el tiempo lectivo hasta la flexibilización de jornada laboral de los progenitores, pasando por la creación de guarderías y servicios lúdicos o los permisos parentales de larga duración.
Según un estudio difundido hace casi un año por el Instituto de la Mujer, el 54,4% de las ciudadanas con empleo considera complicado compatibilizar el trabajo con la familia. Un reciente análisis del Instituto Nacional de Estadística a partir de la Encuesta de Población Activa revela que cada año 380.000 mujeres abandonan su trabajo por motivos familiares o personales frente a 14.500 varones que dan el mismo paso.
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