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Un informe interno de EE UU pinta un retrato sombrío de Irak

Seis de las 18 provincias tienen "serios problemas" de seguridad

Un informe de 10 páginas elaborado por la Embajada de Estados Unidos en Bagdad, con fecha del 31 de enero, concluye que seis de las 18 provincias iraquíes -las de mayoría suní- tienen "serios problemas" económicos y de seguridad y que en una séptima, la de Anbar -donde la insurgencia concentra muchos de sus ataques-, la situación es "crítica". Tras la caída del régimen de Sadam Husein, de la que ayer se cumplieron tres años, el informe advierte del peligro que suponen actualmente las milicias chiíes apoyadas por Teherán.

El informe, en cuya realización participó el mando militar estadounidense en Irak, muestra una situación opuesta a la que describen las optimistas declaraciones de varios altos cargos norteamericanos. En el texto se describe con precisión la naturaleza de la guerra a la que se enfrentan las tropas estadounidenses, muy distinta a la esperada tras la caída de Sadam Husein. También se advierte del riesgo de enfrentamientos entre comunidades (chiíes contra suníes) en varias provincias y del crecimiento de las milicias chiíes apoyadas por Irán.

La Embajada alerta sobre el hecho de que el régimen de Teherán tiene cada vez más influencia sobre los partidos políticos chiíes, a los que EE UU ayudó a alcanzar el poder. Preocupa también el creciente enfrentamiento entre kurdos y árabes por el control de ciudades como Mosul y otras de gran valor económico, como la petrolera Kirkuk, y de cuyo buen funcionamiento depende gran parte de la economía del país.

El documento recoge el incremento de la violencia interreligiosa e interétnica en un momento en el que ha descendido el número de soldados norteamericanos muertos en ataques (se han reducido las patrullas). Lo sorprendente es que está fechado el 31 de enero, tres semanas antes del atentado contra la gran mezquita dorada de Samarra, de culto chií, que ha provocado desde entonces cientos de muertos en una espiral de venganzas entre ambas comunidades.

La novedad del texto es la denuncia de que ya se están produciendo migraciones de población en las zonas mixtas, donde viven ambas comunidades, y que Irak se está fraccionando en zonas étnica o religiosamente puras, defendidas con milicias de barrios o de zona y con frecuentes choques armados con los grupos del otro lado.

El documento, el primero de este tipo, fue elaborado durante seis semanas por un grupo de civiles y militares con el objetivo de proveer guías de trabajo a la reconstrucción de Irak. El texto, que no está clasificado como secreto, fue entregado a The New York Times por un funcionario norteamericano que se opone al modo en que se está conduciendo la posguerra.

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El contenido del informe deja en mal lugar algunas de las declaraciones de la semana pasada. El presidente, George W. Bush, reiteró el jueves que la estrategia militar del Pentágono está funcionado y su vicepresidente, Dick Cheney, declaró en un programa de televisión que la visión optimista de la Administración se basaba en una mejor interpretación de la realidad iraquí que la realizada por los medios de comunicación que, a menudo, se dejan impresionar en exceso por la inmediatez del coche bomba.

Otro problema añadido es la incapacidad, desde hace casi cuatro meses, de los partidos políticos iraquíes de alcanzar un acuerdo para formar Gobierno. Los grupos chiíes se niegan a retirar la candidatura de Ibrahim al Yafari, mal visto por Washington, que le considera proiraní, y denostado por kurdos y suníes. Ayer se reunieron los partidos chiíes para estudiar una estrategia común. No se espera que retiren la candidatura de Yafari. Los kurdos dijeron que su rechazo a este candidato es definitivo.

Enfado chií con Mubarak

El presidente egipcio, Hosni Mubarak, ha desatado un tormenta diplomática al declarar a la televisión Al Arabiya, una cadena por satélite que se ve en todo el mundo árabe: "La mayoría de los chiíes son leales a Irán y no a los países en los que viven". Su homólogo iraquí, Jalal Talabani, le respondió ayer: "Estamos muy sorprendidos y molestos por esos comentarios". "Los hechos históricos y los actuales demuestran que los chiíes siempre han sido patrióticos y unos verdaderos iraquíes", declaró Talabani en la televisión de su país. "Esta acusación injusta contra los iraquíes carece de fundamento". Talabani añadió que lo dicho por Mubarak era una ofensa "a todas las etnias, religiones y grupos políticos" del país.

Los chiíes son mayoría en Irak, Bahrein e Irán, y muy numerosos en Líbano.

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