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El rey saudí pide que se tengan en cuenta las causas del terrorismo

La Reina se ciñe al protocolo occidental en su llegada a Arabia Saudí

Arabia Saudí está "totalmente comprometida en la lucha contra el terrorismo", como demuestran las detenciones que practica, pero pide que para combatirlo se tengan en cuenta sus causas. Esto quedó claro ayer durante el encuentro que el rey de España mantuvo en Riad con su homólogo saudí, Abdalá Bin Abdelaziz. Fuentes diplomáticas españolas indicaron que la parte saudita sostuvo que es preciso "dar una oportunidad a Hamás" y evitar su aislamiento, ahora que la organización integrista toma las riendas del Gobierno palestino.

En el encuentro mantenido ayer entre ambas monarquías, que se prolongó durante más de una hora, Abdalá y el príncipe Saud al Faisal -su sobrino y canciller del Reino- mostraron su interés por que se tuvieran en cuenta las causas del terrorismo para combatirlo, y señalaron también que el corte de las ayudas internacionales por la orientación terrorista de Hamás sólo servirá para traer más miseria y radicalización a los palestinos.

Mantener el diálogo con Siria fue otra de las recomendaciones del país más islamizado del planeta, con el que España firmó ayer un acuerdo de cooperación política para coordinar posiciones internacionales durante los próximos cinco años mediante contactos periódicos entre los respectivos gobiernos y embajadas. Irán, el otro gran polo del radicalismo musulmán, pero de corte antioccidental y chií, surgió, en cambio, en la conversación como la gran preocupación de los dirigentes saudíes, que consideraron "inaceptable la ambición de Teherán de dotarse de armas de destrucción masiva" y expresaron temor a un accidente nuclear en el país vecino.

Caricaturas de Mahoma

Al Faisal sacó a relucir el incidente de las caricaturas de Mahoma, para decir que su país entiende las críticas, pero no las ofensas gratuitas y alabó la Alianza de Civilizaciones como cauce para afrontar esos problemas. La parte española fue menos explícita a la hora de informar sobre sus propias reacciones ante estas posiciones de los interlocutores saudíes, que tampoco se mostraron muy precisos sobre el proceso de reformas iniciado en su país. El príncipe Al Faisal dijo que las reformas tienen que ser "progresivas, seguras y siempre adecuadas a la realidad del país".

La reina Sofía se ciñó ayer, por su parte, a un protocolo estrictamente occidental, en el sentido de que ni se cubrió la cabeza ni adecuó especialmente su vestimenta a las estrictísimas reglas del país que la acogía. Don Juan Carlos, que le precedió, cruzó dos besos con el rey Abdalá, quien, a continuación, dio la mano a la Reina.

Doña Sofía se dirigió espontáneamente al podio desde el que los líderes escucharon los himnos nacionales, pero funcionarios sauditas le advirtieron de que no le correspondía esa posición. Anoche fue invitada a una cena sólo para mujeres por la princesa Hassa, esposa del rey Abdalá, un gesto sin precedentes, según fuentes sauditas. Hoy tendrá otro programa similar de comidas paralelas, sólo para mujeres.

Las mujeres sauditas no pueden salir a la calle sin su padre, hermano o hijo, ni pueden conducir un coche, ni tomar un taxi y apenas trabajan fuera de casa. Nabeel Al Ramadán, un restaurador de Qatif, acaba de ser condenado a recibir 90 latigazos en tres tandas de 30 por haber contratado a dos jóvenes que, durante cuatro horas al día, anotaban las reservas telefónicas en una habitación aislada y con la cara y el cuerpo convenientemente cubiertos, según la usanza.

Don Juan Carlos y doña Sofía, durante su encuentro con el rey saudí, Abdalá Bin Abdelaziz, en Riad.
Don Juan Carlos y doña Sofía, durante su encuentro con el rey saudí, Abdalá Bin Abdelaziz, en Riad.EFE

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