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El I Saló del Sexe evidencia que el catalán no acaba de penetrar en el porno

Lo más catalán del I Saló del Sexe en Català, que se celebra desde el viernes y hasta hoy en Manresa, es el título. Después, a partir de la primera línea, la lengua (el idioma) se desvanece hasta que, entrados en materia, desaparece entre las entrañas de lo más X. De hecho, el público tampoco lo exige, los productos eróticos y pornográficos no usan el catalán y el mundo que lo protagoniza no tiene el catalán como primera lengua. Dificultades para la lengua, que, precisamente, son las que dice Conrad Son, organizador de la feria, que le mueven a promover eventos de este tipo. Las miradas de los asistentes se concentran en un tema que no entiende de idiomas ni identidades.

La organización ha hecho un esfuerzo para que el idioma sea algo más que una excusa. Ha presentado los libros Generacions, de Agustí Franch, y Mugrons de titani, de Sebastià Roig, y ha incluido una lectura de textos eróticos, una presentación de filmes doblados al catalán y un mesa redonda sobre la educación sexual de los catalanes. Asimismo, se han proyectado algunas películas, como Hot rats, de Narcís Bosch, de quien se dice que es el primer director catalán que triunfa en el porno americano, y Laura està sola, de Conrad Son.

Pero lo que interesa a los visitantes que han dejado 20 euros en la entrada son los escenarios. Se pasean sin apenas detenerse entre las casetas (unas 40) y algunos se sitúan en la zona central, donde se han instalado tres de los cuatro escenarios eróticos. Los más paran en la zona más caliente, donde la pornografía es protagonista y el idioma brilla por su ausencia. Sexo explícito, participación del público y, como complemento, chupitos con beso y fotografías eróticas con una chica que hará de modelo. También hay chicos, pero son el complemento.

Entre los expositores no hay excesiva alegría por la feria. Admite José Luis Aguilera, de la pastelería erótica Això és la Polla, de L'Hospitalet, que hay poco negocio porque no hay demasiado público ni oferta comercial. "Aquí la gente ni viene por el idioma ni a comprarte productos complementarios, viene a ver porno". Y en esto, el salón de Manresa no se diferencia de los demás, aunque anda algo más escaso de ofertas escénicas.

Mercè Pradas, responsable de A Camisinha, de Granollers, tampoco está muy satisfecha. Admite que el Festival Internacional Erótico de Barcelona, después de 13 años de existencia, está mucha más consolidado y ha gozado de mucha más promoción. "La organización está bien, la excusa del catalán también, pero falta espectáculo", afirma. En todo caso, el distintivo catalán se encuentra en el apoyo del Gobierno de la Generalitat, que cuenta con una caseta de promoción de las campañas contra el sida.

El recinto ferial se llenó ayer de público a partir de las siete de la tarde. El aparcamiento principal estaba al completo, la organización se planteaba cerrar puertas si entraba mucha más gente y la zona más caliente estaba abarrotada.

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