La angostura de Empar Moliner
La escritora reúne en '¿Desitja guardar els canvis?' sus irónicos artículos
Empar Moliner domina la ironía y no se muerde la lengua. La Asociación de Mujeres Periodistas de Cataluña amonestó a la escritora por algunas de las piezas periodísticas recogidas en ¿Desitja guardar els canvis? (Quaderns Crema), una selección de los artículos que publica cada sábado en la edición catalana de este diario. Aquella reprimenda le supo a poco. Ayer, en la presentación del libro, exigió a sus colegas la entrega del premio Cardo, un galardón "chungo" con el que esta entidad afea conductas supuestamentes misóginas. "Si no me lo dan en la próxima edición, es por sexismo", lamentó en broma la autora mientras preparaba un cóctel Negroni en la whiskería barcelonesa Harry's. "Creo que le he puesto demasiado Campari".
El editor Jaume Vallcorba apremiaba a Moliner, quien daba también los últimos toques a una jarra de Bloody Mary. "Me gusta que los cubitos se revienten". Una vez acabado el ritual, empezó el espectáculo. Con Empar Moliner es imposible aburrirse. La escritora habló con sorna de algunas de sus fobias, ampliamente reseñadas en el volumen, como la tradición catalana de firmar manifiestos, los tópicos y Baltasar Porcel. Aunque algunos tildan sus crónicas de disparatadas, Moliner no necesita tirar de imaginación para escribirlas. Le basta con leer la prensa y retratar la absurdidad cotidiana. "Me gusta mucho leer los periódicos. Si pasa algo importante, me compro hasta los deportivos. Cuando murió Juan Pablo II, el diario Sport tituló: 'Muere el Papa más deportista'. Es brutal", dijo entre carcajadas.
No obstante, al hablar de literatura se pone seria. "Siempre escribo con rigor y humildad, ya sea un cuento o un artículo". Moliner recordó que las columnas de prensa no siempre han gozado del mismo aprecio. "Antes, algunos escritores miraban a los periódicos por encima del hombro. Ahora es todo lo contrario, y hasta Judith Mascó tiene su columna". Aunque asegura que disfruta de total libertad para escribir sus piezas, percibe cierta inquietud entre los lectores cuando trata ciertos temas. ¿Por ejemplo? "Bono, el de U2".
Sus arrumacos a Porcel no levantan la misma la misma polémica. "Es que una vez dijo en el Colegio de Periodistas que no pensaba firmar libros en Sant Jordi al lado de un marieta televisivo. Él... ¡el hombre que ha entrevistado en televisión a Mossèn Cinto!". Pero la presentación del libro no fue sólo una avalancha de pullas, de las que tampoco se salvó Pilar Rahola. Moliner citó también a escritores por los que siente devoción, como Irene Polo, Josep Maria Espinàs, Eugeni Xammar, Josep Pla y Quim Monzó. Aseguró además que volvería a practicar periodismo gonzo (modalidad disfraz), si se lo propusieran. "Lo de la paridad es una tontería. Yo quiero cobrar más", añadió.
Los artículos reunidos en ¿Desitja guardar els canvis? se publicaron originalmente en castellano, pero es posible que sólo aparezcan encuadernados en su versión catalana. "Por razones de estilo, me gustan más así". La ilustración de la portada la escogió ella: una de esas botellas de angostura que preparan en Trinidad y Tobago y pueden durar años. "Mirad su etiqueta", pidió a los periodistas. "¡Es demasiado grande para una botella tan pequeña!", exclamó alborozada ante un detalle tan prosaico, la misma perplejidad que le sirve para transformar los desajustes más aburdos en excelente literatura. Gracias, eso sí, a meteduras de pata generalizadas, tonterías, gente intolerante, feministas radicales, hilarantes campañas institucionales y deslices lingüísticos que emplea como fecundo aguijón para escribir. "Clos es fantástico".
Empar Moliner ya tiene entre manos dos nuevos proyectos: un libro de relatos y un musical sobre la Barcelona fashion, otra de sus obsesiones. "Será un musical con una banda pequeña. Me gustaría que se representara", afirmó mientras apuraba su cóctel.
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