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El Ejército israelí detiene durante cuatro horas al nuevo ministro palestino para Asuntos de Jerusalén

El Gobierno israelí envió ayer un nítido mensaje al Ejecutivo palestino dirigido por Hamás: están vigilados y no les van a dar respiro. Jaled Abu Arafa, ministro para Asuntos de Jerusalén, fue detenido por la policía cuando circulaba en su vehículo en las cercanías de esa ciudad, de la que es natural. Residente en el suburbio de Abu Dis, Abu Arafa se negó a descender del coche y fue forzado pistola en mano a entrar en el vehículo de la Policía de Fronteras israelí, cuyos agentes rompieron la cámara de un fotógrafo que acompañaba al político, uno de los independientes del Ejecutivo islamista. El incidente es uno más de los muchos que se producen a diario en los controles militares en la Cisjordania ocupada, donde las humillaciones a los palestinos son constantes.

Cuatro horas después, el ministro fue liberado. La policía adujo que Abu Arafa pretendía viajar a Cisjordania, que está prohibido a los árabes que disponen de identificación israelí, como es el caso del ministro. El Ejecutivo palestino aseguró que la detención es parte "de la presión sobre el nuevo Gabinete practicada por los ocupantes israelíes", e hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que ponga coto a estas prácticas del Ejército israelí.

Los problemas que afronta Hamás son descomunales. Al margen de haber heredado una Autoridad Palestina en bancarrota, ayer se desató una disputa entre el presidente, Mahmud Abbas, y Haniya por el control de las fuerzas de seguridad. Abbas asumió por decreto en la noche del miércoles el control de los puestos fronterizos de la franja de Gaza, y Haniya replicó ayer que no aceptará "la creación de cuerpos paralelos".

El control de la policía es uno de los asuntos conflictivos entre el presidente y el Gobierno. Abbas nombró ayer a Rashid Abu Shabak responsable de tres cuerpos de seguridad, cuyo control desea ejercer el Ejecutivo islamista. En teoría, rendirá cuentas ante el Ministerio del Interior, pero Abbas decidió que la última palabra recaerá en el Consejo de Seguridad Nacional, que él preside.

El presidente de Israel, Moshe Katsav, encargó a Ehud Olmert, líder de Kadima, la formación del Gobierno. En un breve acto, Olmert afirmó que su programa es de sobra conocido. El objetivo para su mandato es la fijación de las fronteras definitivas de Israel y la anexión de las colonias más pobladas de Cisjordania. EE UU ha sugerido que respaldará la iniciativa, mientras la ONU guarda un silencio incompatible con las resoluciones que su Consejo de Seguridad promulgó hace 38 años, y que exigen la retirada completa de los territorios conquistados en 1967.

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