EE UU recupera la fe en España
Las compañías con negocios en el país mejoran resultados, inversiones y creación de empleo
Las empresas estadounidenses afincadas en España son optimistas. Después de dos años marcados por la incertidumbre generada por el cambio de Gobierno, las malas relaciones hispano-estadounidenses o el 11-M, las compañías han mejorado sus resultados y su capacidad de crear empleo, y prevén seguir haciéndolo a medio plazo. Sus perspectivas sobre la economía española son también optimistas, aunque ven de forma negativa aspectos como la excesiva regulación y las leyes laborales, y temen la competitividad de los mercados emergentes. Son las conclusiones del tercer barómetro de los negocios estadounidenses que elabora Esade para la Cámara de Comercio Americana en España.
Las compañías empiezan a sufrir la presión de los países emergentes. La inversión puede huir si no hay cambios, avisa la Cámara de Comercio
La facturación agregada de las 532 compañías estadounidenses afincadas en España es de 56.900 millones de euros, equivalente al 7,1% del PIB
La Cámara de Comercio Americana [estadounidense] lleva trabajando en España desde 1917. Según sus datos, la facturación agregada de las 532 compañías afincadas en el país es de 56.900 millones de euros, el equivalente al 7,1% del PIB español, y dan trabajo a un total de 330.000 personas, el 3,1% del empleo privado. Estas empresas exportan el 9% del total español, e invierten el 10% del I+D privado. Estados Unidos es el segundo inversor del mercado español tras Francia, que este año se ha adelantado tras la compra de Amena por France Télécom.
Eade ha realizado este estudio por tercer año consecutivo, con el objetivo de entender la "visión del clima de negocios, las perspectivas a medio plazo y la valoración del entorno empresarial e institucional" de las compañías, según explican sus autores (Joan Manuel Batista i Foguet y Pere Puig i Bastard). A la encuesta, realizada entre diciembre de 2005 y febrero de 2006, han respondido 117 empresas, que emplean a 68.530 trabajadores en trece sectores. El número ha aumentado respecto al año anterior, en la que contestaron 71 compañías.
La principal conclusión de este barómetro es que los negocios estadounidenses en España van bien, y las perspectivas indican que seguirán marchando bien a medio plazo. El año 2005 estuvo marcado por el pesimismo debido, sobre todo, a las incertidumbres provocadas por el cambio de Gobierno, los atentados del 11-M y las malas relaciones diplomáticas entre España y Estados Unidos. Este año es, sin embargo, el de la recuperación del optimismo. Ha aumentado el número de empresas que observa mejoras desde el pasado año, y también las que se declaran "muy satisfechas" (21%, frente al 15% de 2005).
"El entorno macroeconómico es muy bueno y superior al de la eurozona, y las cuentas públicas están saneadas", explica Jaime Malet, presidente de la Cámara. "Estas empresas comprueban que, en comparación con otras filiales del continente, la situación española es muy buena". El contexto general se aplica, también, a lo particular. El 60% prevé mejorar sus resultados este año, muy por encima de las que piensan que se mantendrán estables (15%), y por encima también de las que opinaron lo mismo el pasado año (46%). Estas perspectivas positivas para los resultados se aplican también a la creación de empleo y la inversión. El 38% de las compañías prevé que su plantilla crezca y el 30% aumentará sus inversiones, superando las cifras del pasado año. Son mayoría, sin embargo, las compañías que creen que las cifras se mantendrán (50% y 35%, respectivamente).
Competencia 'emergente'
Las compañías estadounidenses afincadas en España empiezan a notar, en todo caso, la creciente competencia de los países emergentes. Un 92% cree que la competencia aumenta, especialmente por las políticas de precios y la apertura creciente de los mercados a estos países. Como explica Malet, algunas de estas multinacionales se irán porque España no puede competir con la mano de obra barata y el extenso mercado de China e India. "Pero sí se puede competir con Europa del Este", añade. El presidente del organismo cree que el mercado interno y la capacidad inversora ya instalada juegan a favor de España. "Y hay mucho recorrido", añade. Las empresas de Estados Unidos emplean a más de un millón de británicos o 652.000 alemanes, cifras muy superiores a las españolas.
La satisfacción media sí ha sufrido en los aspectos más institucionales de la economía. La opinión de las compañías ha empeorado respecto a las condiciones de pago, las leyes laborales, las relaciones con las administraciones y el nivel educativo. Se sienten satisfechas, sin embargo, con la calidad de vida ofrecida al personal extranjero y los servicios bancarios. También aumenta el grado de satisfacción con la competencia de los trabajadores, especialmente por su capacidad para resolver problemas y trabajar en equipo, aunque critican la falta de conocimiento de idiomas (principalmente el inglés) y de movilidad laboral.
La Cámara cree que las inversiones estadounidenses están en un buen momento, pero no olvida que la situación macro puede cambiar y reclama cambios: abaratar el coste del despido, ligar los aumentos de sueldo a la productividad, rebajar el impuesto de sociedades (más aún de lo anunciado), mejorar la regulación del mercado y aumentar el I+D.
Cuatro perfiles para la empresa estadounidense
El análisis realizado por Esade arroja cuatro perfiles claros. El primer grupo lo forma el 11% de empresas, cuyas expectativas generales son pesimistas. Sus ventas han sido inferiores a las de 2004, no prevén inversiones y destruyen empleo. Pertenecen a la automoción, el sector químico-farmacéutico y cierto tipo de manufacturas, y son las compañías que más están notando la presión de las economías emergentes.
El grupo más numeroso (38%) lo forman empresas de tamaño medio que tienen buenas expectativas, tanto generales como de negocio. Generan inversión y empleo, y pertenecen a sectores como la sociedad de la información, la consultoría o los servicios avanzados a empresas.
Las compañías del tercer grupo (20%) se encuentran relativamente satisfechas, pero tienen malas expectativas, generales y de resultados, y previsiones de demanda pesimistas. Entre ellas, se encuentran las filiales de distribución comercial.
Las compañías del cuarto y numeroso grupo (33%) son las más optimistas, y las más volcadas a la exportación, aunque son las que más critican el entorno. Los sectores de alimentación, hostelería y metalurgia básica son los predominantes.
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