Tampoco pausas
El fumador español recordará 2006 como uno de los años más aciagos de su vida si se cumplen los planes empresariales de que se prohíba la pausa para echarse un cigarrillo. Pese a las críticas, la ley antitabaco es bien vista por dos terceras partes de los ciudadanos. Sin embargo, la CEOE va demasiado lejos en la restricción al difundir una circular recomendando a las empresas que no se autoricen las paradas a los empleados que fuman. Parece draconiano y represivo, y hasta genera la sospecha de que con ello se pretenda reventar una normativa que ha suscitado malestar en bastantes establecimientos públicos. Todo ello prueba que tal vez hubiese sido más sensato crear áreas habilitadas o políticas integrales de prevención.
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