_
_
_
_
Reportaje:EL DESEMBARCO DE LOS CRUCEROS TEMÁTICOS

Anatomía líquida de Rusia

De San Petersburgo a Moscú por ríos, lagos y canales

Moscú y San Petersburgo, las dos ciudades más populosas de Rusia, están unidas por una red de cursos de agua, naturales y artificiales, que incluye los míticos ríos Volga, Svir y Neva; el inmenso embalse de Rybinsk -más de 700 pueblos yacen bajo sus aguas-; el canal V

olga-Báltico, construido en época de Stalin, y los misteriosos lagos Ladoga, Onega y Blanco. Durante el viaje, y además de visitar las ciudades que van surgiendo al paso de las aguas, el viajero tiene la posibilidad, mientras permanece a bordo, de disfrutar de variadas actividades: charlas; clases de canto y ruso, recitales de música popular...

Los viajeros embarcan en San Petersburgo en navíos fabricados en los años setenta en la antigua República Democrática Alemana. Lentos y funcionales, cuentan con comodidades escasas para los parámetros occidentales; pero todo se suple con una limpieza y mantenimiento casi artesanal y una amabilidad exquisita.

La entrada al lago Ladoga la marca la isla de Petrokrepost, con una fortaleza construida en el siglo XIV. La salida la marca la espectacular desembocadura del lago en el río Svir. Merece la pena pasar la noche en vela sólo para verlo. A la mañana siguiente, después de un día y una noche de navegación, el barco atraca en Mandrogy, una pintoresca aldea en la que se pueden degustar platos de la cocina rusa o pasear por los frondosos bosques, aunque, si se elige esta opción, mejor no alejarse demasiado para no perderse.

Remontando las aguas del río Svir, el barco llega al lago Onega. La isla de Kizhi fue lugar de descanso para los mercaderes que se dirigían hacia el mar Blanco y centro religioso en el que se levantaron sucesivos templos: en el siglo XVI, la iglesia de San Salvador; la catedral de la Transfiguración, en 1714, para conmemorar la victoria de Rusia sobre Suecia -el templo tiene 22 cúpulas y ni un solo clavo-, y, 50 años después, la iglesia de la Intercesión de la Virgen (1764). En torno a los templos se instalaron, en época soviética, viviendas tradicionales traídas desde distintos puntos del país. Con todo ello quedó completado un delicioso complejo arquitectónico que, en 1990, fue declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco.

Plantas medicinales

La navegación continúa, el barco atraviesa el río Kovzha -hay que prestar atención a las singulares formas de los peñascos de la ribera-, desemboca en el lago Blanco (en ruso, Biéloie) y hace escala en Kirilov, una tranquila localidad. Allí se toma un autobús para recorrer los ocho kilómetros hasta Goritsy, donde se encuentra el monasterio de San Cirilo Belozerski.Este lugar, centro de peregrinación, reúne 11 iglesias diseminadas, aquí y allá, entre jardines de hierbas medicinales.

Después de la visita a San Cirilo, el barco prosigue su travesía por aguas del río Sheksna y el embalse de Rybinsk hasta Uglich, pequeña ciudad fundada en el siglo X. La escala es una buena oportunidad para comprar quesos, producto típico de esta región del Volga, en la que se elaboran más de 50 variedades distintas. Las joyas monumentales del lugar son el Kremlin y la iglesia de San Dimitri, construida con motivo del asesinato aquí, en 1591, del zarevich Dimitri, hijo de Iván el Terrible. Y el viaje llega a su fin con el atraque en Moscú, la gran metrópoli de la plaza Roja.

La iglesia de San Salvador, del siglo XVI, y la catedral de la Transfiguración (con 22 cúpulas y ningún clavo empleado en su construcción, del  XVIII), en la isla de Kizhi.
La iglesia de San Salvador, del siglo XVI, y la catedral de la Transfiguración (con 22 cúpulas y ningún clavo empleado en su construcción, del XVIII), en la isla de Kizhi.PEPE VARELA

GUÍA PRÁCTICA

Cómo llegarEl viaje al que alude el texto, de 11 días, sale por unos 1.180 euros por persona, incluyendo comidas, excursiones, guías, alojamiento y billetes de avión con la mayorista Politours. En su nuevo folleto de cruceros, Catai propone un viaje fluvial de 11 días entre Moscú y San Petersburgo en el barco MS Kazan. Cuesta desde 1.998 euros por persona, e incluye los vuelos, traslados, pensión completa, excursiones y animación a bordo.- Politours y Catai. En agencias.Cuándo irDe mayo a septiembre. El resto del año el hielo la hace impracticable.DocumentaciónPara entrar en Rusia hace falta un visado. Generalmente, las agencias de viajes se encargan de este trámite. Los que viajen solos tendrán que enviar una carta o fax que certifique la reserva en el hotel. Además, hay que presentar el pasaporte, tres fotografías y contratar un seguro médico. El visado para un mes cuesta 54,09 euros y se tarda unos 10 días en conseguirlo. Si se quiere el mismo día, hay que pagar 150,25 euros. El pasaporte debe tener una fecha de caducidad no inferior a seis meses.Información- Embajada rusa en Madrid (914 11 29 57; http://madrid.rusembassy.org).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_