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El alcalde de Vila-real expedienta al policía que multó su coche oficial

El vehículo estaba mal aparcado cerca de un recinto público

El alcalde de Vila-real, Manuel Vilanova, del PP, ha añadido otra fricción a sus espinosas relaciones con la Policía Local. Después del enfrentamiento con el jefe del cuerpo, que se negaba a asistir a las procesiones religiosas y al que han dado la razón los tribunales, ha ordenado la apertura de un expediente disciplinario a otro policía porque multó el vehículo oficial del alcalde, mal estacionado ante un recinto público.

Los hechos se han conocido ahora, pero sucedieron el pasado mes de febrero, durante el acto en el que el Ayuntamiento nombró hijo adoptivo de la ciudad al presidente del Villarreal Club de Fútbol, Fernando Roig, en el Auditorio Municipal. Manuel Vilanova dejó el coche mal aparcado en las inmediaciones del recinto y a la salida se encontró con la denuncia del agente en el parabrisas del vehículo. El alcalde alegó con posterioridad que el policía debía conocer el coche oficial y obviar la sanción, porque, además, el primer edil asegura que le saludó al entrar al acto.

El expediente será tramitado por el intendente y jefe de la Policía Local en Vila-real, Ángel Torres, quien ha asegurado que mantendrá una actitud imparcial y firme en su instrucción, a pesar del conflicto que ha mantenido con el alcalde. Manuel Vilanova, junto al concejal delegado de la Policía, Alejandro Amposta, obligó a Torres a acompañar a la Corporación municipal a la procesión religiosa del Corpus Christi el año pasado, en contra incluso de un informe solicitado por el Consistorio al director general de Interior de la Generalitat valenciana, Luis Ibáñez, quien aseveró que el jefe policial estaba en su derecho de objetar a las procesiones si consideraba que atentaba contra sus principios religiosos. Vilanova obvió la resolución e incluso promulgó un decreto para impedir que se produjera una situación similar en adelante. Para ello concluyó en su orden que las procesiones carecían de carácter religioso y por tanto, la primera autoridad policial debía acompañar a los concejales en estos actos. Un juzgado de Castellón anuló el decreto recientemente por considerarlo contrario a derecho e interpretó que la decisión del alcalde de Vila-real quebrantaba los derechos constitucionales del jefe de la Policía Local.

Ahora Vilanova ordena la apertura del expediente disciplinario por la multa a su coche oficial, que estará concluido en unos tres meses, y que puede acabar con una sanción máxima de suspensión temporal de empleo y sueldo para el agente. El portavoz del PSPV en Vila-real, José Benlloch, ha criticado que el alcalde "no haya respetado la legalidad" y "se crea que es superior al resto de ciudadanos cuando debiera ser el primero en dar ejemplo". A su juicio, tendría que "acatar la sanción como cualquier ciudadano si su coche estaba mal aparcado y no añadir más leña al fuego en las relaciones con la policía". El concejal delegado de Policía Local, Alejandro Amposta, por su parte, declinó hacer declaraciones sobre el asunto.

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