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La oposición siria forma un frente unido para forzar un cambio

Líderes en el exilio quieren crear un Gobierno de transición para convocar elecciones libres

Una veintena de personalidades sirias representantes de partidos y grupos en el exilio, y también independientes, constituyeron ayer en Bruselas un Frente de Salvación Nacional que pretende acabar por vía pacífica con el régimen de Bachar el Assad. "No queremos injerencias de potencias exteriores", señaló uno de los fundadores, el ex vicepresidente Abdel Halim Jaddam, que dejó el país el pasado otoño para refugiarse en París.

"No necesitamos tal ayuda, dañaría a la oposición" agregó Alí Bayanuni, líder sirio de los Hermanos Musulmanes, exiliado en Londres. El Frente pretende crear en un futuro próximo un Gobierno de transición que convoque elecciones libres. Espera resultados efectivos este mismo año.

"Siria necesita salvarse de un régimen autocrático que ha debilitado al país" y le ha colocado ante peligros "nunca antes vistos", se lee en el Programa Nacional de Cambio aprobado ayer por los reunidos en Bruselas. "Todos los partícipes políticos, sociales y económicos de Siria formarán un Gobierno interino dispuesto a asumir la administración del país en el momento oportuno".

"El régimen se está desmoronando y se trata de que este Gobierno que vamos a formar impida el desmoronamiento del Estado y prepare elecciones para una nueva Constitución", explica Jaddam, hasta el año pasado vicepresidente de Assad, quien establece paralelismo con la situación que acabó de forma abrupta e inesperada con el régimen de Ceaucescu en Rumania: "Ceaucescu también contaba con el Ejército y con las fuerzas de seguridad, pero el pueblo le derrocó".

Jaddam, que abandonó el régimen con el que había colaborado durante 40 años de forma espectacular el pasado año, dice que junto al hastío popular con un Gobierno que genera pobreza y paro, hay frustración en el partido Baas y "en los aparatos de seguridad, donde hay elementos deseosos de participar en la oposición, aunque todavía no es posible pedir que se pronuncien".

Todos los reunidos en Bruselas subrayan la necesidad de que la acción del cambio proceda del interior y consideran innecesaria y contraproducente la participación externa. Las críticas de Washington al régimen valen como factor de debilitamiento interno, pero no deben pasar más allá, dicen. "Los americanos se mueven por sus propios intereses, que no tienen nada que ver con la democracia y los derechos humanos. No podemos espera nada de su intervención", apunta Alí Bayanuni, líder de los Hermanos Musulmanes, que en su versión siria se presenta como un grupo defensor de la democracia, la libertad, la justicia y la igualdad.

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El Frente se propone establecer bases en el interior y preparar una huelga general, en fecha no determinada. Para más adelante queda la creación de un Gobierno provisional que libere a los presos políticos, abrogue la actual Constitución, convoque elecciones para elegir la Cámara que debe redactar una nueva basada en la que en 1950 siguió a la independencia, levante el estado de excepción y anule la ley que condena a los Hermanos Musulmanes a la pena capital. Los reunidos en Bruselas forman un heterogéneo grupo con disparidad de ideologías, del islamismo al comunismo, pasando por los liberales y los profesionales altamente cualificados de Europa y EE UU.

Jaddam explica la heterogeneidad como una consecuencia de la pluralidad de la sociedad siria. En el Frente llega hasta el extremo de que Jaddam era ministro de Exteriores cuando el padre de Bachar, Hafez el Assad, aplastó un alzamiento islamista en la ciudad de Hama, donde murieron al menos 10.000 personas. Un ingeniero exiliado hoy en Alemania y ayer afiliado al Frente, perdió allí a 17 familiares. "Cometí errores en el pasado y ahora lo lamento", confiesa Jaddam. "Pero yo siempre me ocupé de la política exterior y nada tuve que ver con las medidas internas que tomaba el presidente, al que muchas veces le hice ver que discrepaba de sus puntos de vista".

El ex vicepresidente sirio Abdel Halim Jaddam (derecha) y el líder islamista Alí Bayanuni, ayer en Bruselas.
El ex vicepresidente sirio Abdel Halim Jaddam (derecha) y el líder islamista Alí Bayanuni, ayer en Bruselas.REUTERS

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