Rusia desconfía de la autopsia y envía médicos a La Haya
El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró ayer que Moscú tiene derecho a no confiar en los médicos a los que el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, con sede en La Haya, encargó la autopsia de Slobodan Milosevic. "Rusia ha pedido que nuestros médicos participen en la determinación de lo que causó su muerte o al menos que puedan examinar los resultados a los que llegaron los especialistas", señaló Lavrov.
Leo Bokeria, director del Centro de Cirugía Cardiovascular Bákulev, de Moscú, encabeza el grupo de especialistas que hoy viajan a La Haya. Bokeria está convencido de que Milosevic no fue envenenado, sino que murió a causa de su enfermedad vascular, pero asegura también que si Milosevic hubiera recibido una asistencia médica calificada, el ex líder yugoslavo estaría vivo.
Rusia confirmó ayer haber recibido una carta de Milosevic, escrita de su puño y letra, en la que se quejaba del tratamiento inadecuado que, según él, le estaban aplicando los médicos del tribunal y nuevamente pedía ayuda a Rusia para seguir tratamiento en una clínica moscovita. Con anterioridad Milosevic había solicitado la intervención del Kremlin para poder tratarse en Moscú. Rusia había dado garantías estatales de que, una vez finalizado el tratamiento, el ex líder yugoslavo regresaría a La Haya. El tribunal consideró insuficientes las garantías rusas y se negó a dejar que Milosevic fuera llevado a una clínica moscovita.
"A Rusia, de hecho, no le creyeron", se lamentó ayer el ministro Lavrov, quien agregó que la muerte de Milosevic es la consecuencia de esa negativa y de la desconfianza mostrada en el papel de Rusia.
Mientras tanto, el hermano mayor de Slobodan Milosevic, Borislav, tuvo que ser ingresado de urgencia el domingo en un centro cardiológico de Moscú. Borislav Milosevic fue embajador de Yugoslavia en Rusia y reside en esta ciudad.
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