La crisis llega a la Cancillería

La agencia alemana de noticias DPA informó ayer de que mañana se celebrará "una cumbre en Berlín" con la canciller democristiana Angela Merkel (CDU) y dirigentes deportivos, incluido el seleccionador nacional de fútbol Jürgen Klinsmann, "para discutir la actual situación y las preocupaciones" sobre la crisis del equipo ante el próximo Campeonato del Mundo, que se abrirá en Múnich el 9 de junio precisamente con el partido entre Alemania, el anfitrión, y Costa Rica.

La cuenta atrás hacia el Mundial y la crisis de la selección han desatado la histeria en Alemania. La DPA convirtió lo que estaba previsto como una reunión rutinaria de cortesía de los dirigentes futbolísticos y el Comité Organizador del Mundial con Merkel en una cumbre para "poder afrontar de forma conjunta una tarea nacional".

El técnico argumenta compromisos familiares para justificar su espantada tras la goleada ante Italia

Según la DPA, tras los recientes fracasos de la selección y la polémica en torno a Klinsmann, "ahora incluso la canciller federal tiene que pegar los platos rotos". Otras agencias se lanzaron después con voracidad sobre el texto de la DPA y corrigieron y aumentaron la noticia con añadidos y la atribución a Merkel de frases que jamás pronunció. Un portavoz del Gobierno declaró a este periódico: "Se trata de un encuentro concertado ya hace tiempo con el Comité Organizador del Mundial. No se sabe si asistirá el seleccionador, Jürgen Klinsmann. Habrá una cena en la Cancillería y se dará una cita a los fotógrafos. Tal vez después haya un comunicado de prensa".

La noticia de la cumbre entre Merkel y Klinsmann, cierta o no, pone de manifiesto de forma palpable el grado de nerviosismo reinante en Alemania ante un posible fracaso de su selección en el Mundial. La idea de que Merkel pueda injerirse en la crisis futbolística resulta bastante descabellada. Pero no se puede excluir que en la cena, en la que está prevista la presencia del jefe del Comité Organizador, Franz Beckenbauer, y la del copresidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Theo Zwanziger, se hable del tema. Con todo, no parece que Merkel, de profesión doctora en Física, pueda aportar algo para resolver la crisis de la selección o mediar entre Klinsmann y Beckenbauer, que ha criticado estos días al seleccionador. Un periodista deportivo de un diario de ámbito nacional se frotaba ayer los ojos y resumía la situación: "Este país cada día se parece más a una república bananera".

Klinsmann regresó a Alemania desde su retiro en California y ha respondido a las críticas contra su persona que circularon los últimos días en los medios de comunicación por haber desaparecido tras la derrota, por 4-1 ante Italia y no haber asistido a la reunión de trabajo de los seleccionadores en Düsseldorf. El seleccionador justificó su espantada con compromisos familiares: "Esta semana se cumplía el primer aniversario de la muerte de mi padre y había prometido a mi madre pasar juntos esos días difíciles para ella. Yo creo que no tengo que exponer en público tales asuntos privados para justificarme. Ahora todos saben por qué no estuve en Düsseldorf".

También salió al paso Klinsmann, días atrás, de las acusaciones de marcharse siempre a Estados Unidos por motivos fiscales. El técnico asegura: "Desde un principio, por deseo expreso mío, quedó claro que por los ingresos que percibo en Alemania pago impuestos en Alemania". El diputado socialcristiano Peter Ramsauer (CSU) había acusado a Klinsmann de querer evadir al fisco alemán. Considera Klinsmann "irresponsable, y no tiene disculpa, que un político, del que se debería esperar un comportamiento responsable, lance esos rumores por el mundo".