La Universitat buscará una salida laboral al cierre del bar de Medicina

La facultad de Medicina de Valencia anda escasa de espacio. Las obras de reforma que comenzaron el año pasado han obligado a trasladar las clases teóricas de los primeros cursos fuera del edificio principal, situado en la avenida de Blasco Ibáñez. La Universitat de València anunció recientemente su intención de cerrar la cafetería de la facultad y reconvertirla en aulas. La decisión fue contestada rápidamente por los trabajadores (39, según el sindicato UGT) que temen quedarse en la calle y que han llenado el bar de carteles contrarios a su cierre. Fuentes de la institución académica indicaron ayer su voluntad de alcanzar una salida negociada a la situación.

El espacio que ocupa la cafetería es de la universidad, pero sus empleados pertenecen a una empresa concesionaria, que la gestiona desde hace tres décadas. Su ubicación, encajonada entre Medicina y el Hospital Clínico, hace que sus servicios de bar y de cafetería sean utilizados de forma mayoritaria por pacientes, por sus familiares y por personal sanitario. Un menú cuesta en ella seis euros, un precio sensiblemente inferior al de los establecimientos de alrededor.

La solución será negociada la próxima semana por la universidad, los trabajadores y el hospital.