Un paraíso en apuros
Adena identifica más de treinta problemas que hipotecan el futuro de Doñana
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF-Adena) está vinculado a la conservación de Doñana y su entorno desde finales de los años sesenta. El profundo conocimiento de este espacio natural, y el acopio de información procedente de otros colectivos e instituciones ambientales, ha permitido a este colectivo elaborar un completo informe sobre las principales amenazas que pesan sobre este territorio. En total se han identificado más de 30 problemas, que van desde los impactos locales hasta las alteraciones de ámbito planetario
Las diferentes cautelas que aplica la Administración sobre Doñana no han sido suficientes para garantizar su futuro, según sostienen los responsables del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF-Adena).
Este colectivo conservacionista ha identificado un total de 35 problemas ambientales que pesan sobre la comarca de Doñana, y cuya descripción debería servir para "abrir debates y desarrollar estudios que profundicen en las causas y efectos de los mismos, y, por supuesto, para buscar soluciones concretas a cada uno de ellos".
El capítulo más abultado es aquel que reúne las interferencias originadas por el sector agrícola y ganadero que, en gran medida, se desarrolla de acuerdo a modelos intensivos, por más que se hayan intentado fomentar otro tipo de explotaciones menos agresivas. En cualquier caso, el agua es, en este apartado, la cuestión decisiva, ya que la mayoría de los problemas están vinculados al uso y abuso de este elemento.
La sobreexplotación de los acuíferos, mediante pozos ilegales, sigue siendo una grave amenaza para el equilibrio de este espacio natural. También preocupa la ocupación de cauces y márgenes, los encauzamientos de arroyos y la construcción de drenajes, actuaciones que modifican el régimen hídrico natural. Los productos químicos que se emplean en determinados cultivos van a parar a los acuíferos, provocando la contaminación de los mismos, llegándose a registrar en algunos puntos, como la zona de Palos-Moguer, niveles de nitratos muy por encima de lo que marca la ley. Otros residuos agrícolas que también originan alteraciones de distinto tipo son los plásticos y rastrojos, que se queman sin demasiadas precauciones, o los desechos de granjas avícolas y porcinas cuyo vertido, en algunos puntos, se realiza de forma incontrolada.
El sobrepastoreo está incrementando la erosión en parcelas particularmente frágiles, como los márgenes de arroyos y zonas húmedas, aunque este proceso se manifiesta de manera mucho más grave en aquellas zonas donde los bosques, de titularidad privada, están siendo sustituidos por cultivos agrícolas. Esta pérdida de masa forestal, señala el informe de WWF-Adena, se manifiesta en municipios como Almonte, Bonares, Rociana del Condado, Lucena del Puerto, Moguer y Palos de la Frontera.
A las infraestructuras viarias también se les dedica un capítulo en el que se incluyen los atropellos de fauna, la fragmentación de hábitats y la circulación de vehículos fuera de las carreteras y caminos habilitados para este fin. Desde 1993 hasta el pasado año murieron atropellados en las carreteras de esta comarca un total de 28 linces, lo que convierte esta circunstancia en la principal causa de muerte, no natural, de este felino en peligro de extinción.
Las alteraciones achacables al turismo se reparten entre las construcciones litorales, los campos de golf y el ocio de fin de semana. Además de los equipamientos que ya están en uso, en WWF-Adena se muestran preocupados por los nuevos proyectos turísticos que se plantean en localidades como Matalascañas, Mazagón, Sanlúcar de Barrameda, Trebujena o Aznalcázar. Al mismo tiempo, la afluencia masiva de visitantes a determinadas zonas en días festivos o vacaciones origina la acumulación de basuras y el aumento del riesgo de incendio.
Aunque parezca que la industria tiene una presencia discreta en esta comarca, su impacto también se hace notar en Doñana. Después de la catástrofe de Aznalcóllar la amenaza de las actividades mineras no se ha neutralizado, sobre todo desde que se plantea una nueva explotación en el término de Gerena (Sevilla). Asimismo, también continúan generando alteraciones algunas factorías del Polo Químico de Huelva, además de las escombreras, canteras e industrias dedicadas a la transformación de aceituna de mesa y elaboración de aceites.
Los municipios que se reparten en el entorno de Doñana son responsables de algunos problemas, característicos de otros muchos núcleos urbanos de Andalucía, entre los que se citan el vertido de aguas residuales sin depurar, las construcciones ilegales o los vertederos incontrolados.
El hecho de que el Guadalquivir sea navegable hasta Sevilla plantea algunos inconvenientes, como la erosión de las márgenes del cauce o la introducción de especies exóticas que viajan en el agua de lastre de los buques. En opinión de WWF-Adena, estos, y otros problemas, se agravarán de llevarse a cabo el proyecto de construcción de una nueva esclusa en el puerto de Sevilla y el consiguiente dragado del canal navegable.
La nómina de amenazas se completa con la sobreexplotación de algunos recursos forestales, la introducción de especies exóticas, la presencia de animales asilvestrados (perros y gatos), el furtivismo, la contaminación por plomo procedente de la munición empleada por los cazadores, la presencia de cebos envenenados, la proliferación de incendios forestales o los impactos, de todo tipo, que causa la aglomeración asociada a la romería de El Rocío.
sandoval@arrakis.es
El clima que viene
La última amenaza que se cita en el informe de WWF-Adena es de ámbito planetario, aunque, con el respaldo científico de la Universidad de Huelva, este colectivo ha sido capaz de fijar algunos de los previsibles efectos que el cambio climático puede originar en Doñana. Las previsiones "no están exentas de un cierto grado de incertidumbre", pero, aún así, todo indica que a lo largo de este siglo la aridez podría ir ganando terreno en las marismas.
- Un aumento de las temperaturas medias diarias en torno a 2-4 °C, siendo este aumento más pronunciado durante el verano.
- Una reducción de las precipitaciones, de la que ya existen evidencias claras, que puede llegar hasta los 110 mm menos de lluvia al año. Esta circunstancia, unida al aumento de temperaturas, provocaría una notable disminución de los recursos hídricos, algo peligroso para Doñana.
- Una mayor competencia por el agua, ya que si esta escasea aumentará la presión para destinarla a determinadas actividades humanas, como el turismo o la agricultura, en detrimento de los humedales y otros sistemas naturales.
- Una subida del nivel del mar como consecuencia del calentamiento climático global, fenómeno que en Doñana podría llegar a los 0,5 metros, lo cual pondría alterar la dinámica costera, modificando el perfil y características del litoral.
Éste, y el resto de problemas apuntados, sólo pueden solucionarse, concluyen los autores del informe, impulsando un verdadero desarrollo sostenible que, además, sea participativo e incorpore campañas de sensibilización mucho más ambiciosas.
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