El Banco de Japón pone fin a cinco años de tipos de interés cero
El organismo reduce un 80% el efectivo que presta a otras entidades
El Banco de Japón anunció ayer el fin de su política monetaria de intereses cercanos a cero impuesta hace cinco años para combatir la deflación de la segunda economía del mundo, que ha atravesado tres recesiones desde 1990. Como primer paso, el comité de la institución decidió por mayoría reducir un 80% el volumen de efectivo que presta a otras entidades financieras. La medida fue recibida con una subida del 2,6% de la Bolsa de Tokio.
Si el Banco de Japón sube finalmente los tipos de interés (ahora situados en un simbólico 0,10%), será la primera vez desde 2000 que las tres grandes zonas económicas del mundo (Estados Unidos, la zona euro y Japón) mantienen, a la vez, una política de endurecimiento de las condiciones monetarias. Además, la institución nipona se ha fijado como objetivo un nivel de inflación hasta del 2%, el mismo tope que fija el Banco Central Europeo para los países del euro.
La decisión del Banco de Japón muestra que el organismo confía en la recuperación del país y que ya no necesita centrar todos sus esfuerzos en combatir la espiral deflacionista (caracterizada por un declive continuado y generalizado de los precios combinado con la ausencia de crecimiento). Desde marzo de 2001, la institución empleó esta política para estabilizar el sistema financiero. Esta estrategia consiste en inundar con liquidez el mercado interbancario para mantener los tipos de interés a corto, ya que como hay tanto dinero para prestar las entidades tienen que pagar menos intereses.
Pero la economía ha ido a mejor. En enero, la inflación alcanzó el 0,5%, la tasa más alta desde marzo de 1998. El año pasado el PIB creció un 2,8%, la mayor subida desde 2000. Así, el comité de política monetaria del banco central nipón decidió ayer, con siete votos a favor y uno en contra, dar un giro a su estrategia. De momento, mantendrá los tipos de interés cercanos a cero, pero comenzará una transición.
El primer paso se dio ayer al restar liquidez al mercado para endurecer las condiciones con las que presta dinero a las entidades financieras. El volumen de efectivo que la institución pone a disposición de los bancos se recortará un 80% en los próximos meses, hasta unos seis billones de yenes (alrededor de 43.000 millones de euros).
"Japón se encuentra fuera de la zona de emergencia y la política monetaria normal ha vuelto", dijo Martin Schulz, del Instituto de Investigación Fujitsu en Tokio, entrevistado por la agencia Bloomberg. "La primera subida de tipos está ahora en el horizonte" tras cinco años, indicaba en un informe el economista jefe internacional de Capital Economics en Londres.
Subida a finales de año
En la Bolsa de Tokio se daba por hecho que el banco central pondría en breve fin a la política de créditos cercanos al cero. Un analista de Nomura citado por la agencia japonesa Kyodo, Takahide Kiuchi, explicó que el Banco de Japón ha preservado cierta "libertad de maniobra" para decidir el mejor momento para una subida. En su opinión, este aumento en el precio del dinero se producirá probablemente en noviembre o diciembre.
La vuelta al sistema convencional de controlar los mercados monetarios mediante el alza o baja de las tasas de interés se produce a pesar de que el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, pidiera la semana pasada prudencia ante una reforma semejante. El Banco de Japón había prometido que mantendría esa política monetaria hasta que el índice de precios de consumo se estabilizara en cero o sobre cero respecto a los niveles del año anterior.
El Banco de Japón es el único banco central de las tres grandes áreas que no ha subido los tipos de interés en los últimos años. La Reserva Federal estadounidense los ha subido en numerosas ocasiones, hasta situarse en el actual 4,5%, mientras el Banco Central Europeo (BCE) ha subido los tipos dos veces desde diciembre pasado, hasta el 2,5%.
Precisamente, el BCE publicó ayer su boletín mensual de marzo en el que considera que la política monetaria actual continúa siendo "acomodaticia" y que los tipos de sitúan en unos "niveles muy bajos en todos los plazos", por lo que, a la vista de que aún se mantienen los "riesgos para la estabilidad de precios", podría "resultar necesario" aplicar un "ajuste en los tipos" de interés.
Además, el organismo critica que "el progreso hacia el saneamiento de las finanzas públicas en el conjunto de la zona del euro sigue siendo lento". En este sentido, advierte de que "los costes fiscales asociados al envejecimiento de la población ensombrecen las perspectivas a largo plazo de las finanzas públicas de la mayoría de los países de la zona del euro". Así, cree "indispensable que los países se propongan con mayor determinación el saneamiento de sus finanzas, e introduzcan las medidas concretas y efectivas requeridas".
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