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Bono informará el martes al Congreso sobre el envío de tropas al exterior

El embajador en Badghis espera un refuerzo "en las próximas semanas"

Miguel González

El ministro José Bono comparecerá el martes en la Comisión de Defensa del Congreso para informar sobre las operaciones militares en el exterior. El Gobierno aún no había decidido ayer si aprovechará la ocasión para pedir el permiso parlamentario para un aumento sustancial de las tropas en Afganistán. José Luis Solano, embajador para la reconstrucción de la provincia afgana de Badghis, espera un refuerzo "en cuestión de semanas".

El ministro de Defensa intentó ayer quitar hierro a la noticia, adelantada por EL PAÍS, de que su departamento planea enviar otros 200 soldados a Afganistán, ante el deterioro de las condiciones de seguridad. "En este momento, no se ha producido ninguna propuesta al respecto por parte del Estado Mayor de la Defensa", dijo Bono, por lo que se negó a "especular sobre posiciones que no están encima de mi mesa con la formalidad que estos asuntos deben ser tratados".

Sin embargo, aunque sea informalmente, la propuesta lleva muchas semanas sobre la mesa. La ha planteado el coronel jefe del Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT) de Qal-i-Naw, José Antonio Alonso, y también lo hizo su antecesor. Es, además, una demanda compartida por el embajador José Luis Solano quien ayer, en conversación telefónica desde Qal-i-Naw, explicaba sus razones a EL PAÍS: "No es una cuestión de seguridad, sino de movilidad. Estamos seguros dentro de casa, pero nosotros no hemos venido aquí para quedarnos encerrados, sino para movernos. Si se quiere que avancen los trabajos de reconstrucción, hace falta más presencia militar".

Las matemáticas no engañan: el contingente de Qal-i-Naw cuenta con cuatro pelotones de la Legión para funciones de escolta y seguridad: uno vigila la base, otro descansa y un tercero debe estar disponible para cualquier emergencia. Sólo queda uno para las salidas al exterior. Si lo hace el coronel, nadie más puede salir.

Además del embajador Solano, en Qal-i-Naw hay una decena de civiles españoles, entre miembros de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) y de la empresa pública Tragsa. Con la llegada del buen tiempo, deberían reanudarse las obras de reconstrucción prometidas: una carretera, un hospital y una canalización de agua potable. La AECI ha anunciado que invertirá 10 millones anuales durante el próximo lustro, pero el ritmo de los trabajos puede resentirse por la falta de seguridad.

La responsabilidad del PRT español abarca toda la provincia de Badghis, pero las tropas no salen de la capital, Qal-i-Naw. Tras la retirada del Ejército afgano, en otoño pasado, los militares españoles y la policía local son los únicos representantes de la autoridad en una zona de más de 20.000 kilómetros cuadrados que abarca hasta la frontera de Irán.

Estas circunstancias llevaron a Defensa a planear un refuerzo del contingente, que ahora está legalmente limitado a 540 soldados. En realidad son más, pues la unidad que acudió para instalar los dormitorios de la base de Qal-i-Naw ha prolongado su estancia para fortificar el perímetro de seguridad. El mayor temor es que los incidentes que están proliferando en Herat (tiroteos, disturbios o minas) se extiendan a esta zona hasta ahora tranquila.

El problema para Bono es cómo convencer al Congreso de que apruebe este aumento. Izquierda Unida y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) adelantaron ya ayer su firme rechazo.

Miguel Ángel Moratinos conversa con el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, el pasado lunes en Kabul.
Miguel Ángel Moratinos conversa con el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, el pasado lunes en Kabul.EFE

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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