Washington sabía que Al Qaeda entrenaba suicidas desde los noventa, según el FBI
El Gobierno de EE UU tuvo conocimiento en la década de los noventa de que Al Qaeda estaba entrenando terroristas suicidas, pero fracasó en detener al cerebro de los ataques del 11 de septiembre de 2001, Khalid Sheikh Mohammed, cuatro años antes de que ocurrieran. Así lo declaró ayer un agente del FBI, Michael Anticev, durante el juicio de Zacarias Moussaoui, el único procesado en EE UU por el 11-S. Al tiempo que Al Qaeda instruía en campos de entrenamiento en Afganistán y otros países a futuros terroristas, el Gobierno estadounidense seguía la pista a varios dirigentes de la red de Osama Bin Laden, aseguró Anticev.
En el segundo día del juicio para decidir si se condena a muerte a Moussaoui, Anticev respondía a las preguntas de la defensa, que trata de rebatir la teoría de que si el procesado no hubiera mentido al FBI en las semanas antes al 11-S, se podría haber evitado el atentado y salvado la vida de casi 3.000 personas. Entre 1996 y 1998 se intentó detener a Khalid Sheikh Mohammed en "algún lugar de Oriente Próximo", pero la operación resultó "fallida", dijo Anticev, aparentemente porque el terrorista fue "avisado".
Si escapa a la pena de muerte, Moussaoui será condenando a cadena perpetua. El procesado se declaró culpable en abril pasado de formar parte de una conspiración de Al Qaeda para pilotar aviones y dirigirlos contra edificios, aunque dijo que su misión era posterior al 11-S y negó ser el piloto "número 20" o un comando de repuesto. Moussaoui, francés de origen marroquí de 37 años, fue detenido e interrogado en agosto de 2001, semanas antes de los atentados.
El agente del FBI también contó, preguntado por los fiscales, que los miembros de Al Qaeda están entrenados para "mentir" si son capturados. Leyó párrafos del manual de Al Qaeda con el que se alecciona a los terroristas en caso de que sean hechos prisioneros. La corte federal donde se celebra el proceso, en
Alexandria, a las afueras de Washington, seguía ayer bajo estrecha vigilancia. La madre de Moussaoui, Aicha, llegada desde Francia, estuvo sentada tres filas detrás de su hijo.
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