_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Despegue con violencia en la T-4

Martes 28 de febrero; hora, 17.30. Vuelo de Iberia 6974 Madrid-Barcelona-El Cairo. AENA y el Ministerio de Fomento advierten en su publicidad sobre la nueva terminal 4: "Despegamos todos". A punto de cerrar las puertas, se acerca por la pista a la cola del avión un coche de extranjería, y varios pasajeros ven por las ventanillas cómo dentro policías de paisano y de uniforme le pegan puñetazos y rodillazos a una persona. Con algunos movimientos muy rápidos suben a la persona golpeada, esposada y amordazada, la encierran rápidamente en uno de los cubículos de la parte trasera del avión y corren la cortina que la oculta. La persona grita desesperada, pero como tiene la boca sellada sólo se oye su gruñido angustioso y profundo detrás de la cortina. Parece que, efectivamente, en la T-4 despegamos todos. Incluso los que no quieren.

Nos levantamos de nuestros asientos. El comandante del avión nos impide acercarnos a la persona golpeada, esposada, amordazada y encerrada, y nos pide que nos sentemos. Detrás del comandante están los policías. Seguimos de pie y acompañamos los gritos de detrás de la cortina con los nuestros. Finalmente, el comandante pide a la policía que bajen a la persona golpeada, esposada, amordazada y encerrada, porque el pasaje se rebela. El comandante informa: se trataba de un "no admitido" en España que el Ministerio del Interior pretendía trasladar a El Cairo, Iberia es ajena a la situación y, finalmente, se ha procedido a sacarlo para garantizar "nuestra seguridad".

Lo peor no fue que un comandante de Iberia, incómodo, reconvirtiera a un ser humano golpeado, esposado, amordazado y encerrado en un "no admitido" y dijera seguridad en vez de humanidad. Lo peor fue que gran parte del pasaje parecía dispuesta a volar hasta El Cairo con el sonido de fondo de los gritos abortados de un ser humano. Y si no los comentarios: "Que lo bajen, que nos va a dar el viaje", "que los lleven en aviones especiales". En 1996, Aznar tenía un problema y lo solucionó con haloperidol. Hoy solucionamos con palizas, mordazas y cortinas, pero sobre todo con la complicidad, el silencio y el miedo de todos.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Somos trabajadores de ONGD que volvíamos de unas jornadas en Madrid donde reflexionábamos sobre cómo convencer a la gente de que otro mundo es posible y necesario. La experiencia práctica de una repatriación salvaje nos alerta de que la tarea es urgente. Mirar hacia otro lado nos vale para Abu Ghraib y para Guantánamo, pero ¿también para la T-4 de Barajas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_