Reunidos los diez números de 'Nadie Parecía' en edición facsímil

Los diez números de la revista cubana Nadie Parecía, tercera de las que dirigió el poeta cubano José Lezama Lima y en la que intervinieron los poetas españoles Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén y Manuel Altolaguirre, han sido publicados en edición facsímil.

Nadie Parecía, que se publicó entre 1942 y 1944, es la tercera revista de un joven e inquieto Lezama Lima, ya que antes había publicado Verbum, en 1937, y Espuela de Plata, entre 1939 y 1941, también editadas de manera facsimilar, como en esta ocasión, por la sevillana editorial Renacimiento.

José Lezama Lima todavía habría de abordar desde Cuba otro proyecto literario, Orígenes, que duró de 1944 a 1956 y que la crítica considera su proyecto literario definitivo, en el que el poeta y su mundo se muestran ya en toda su complicación y en todo su esplendor.

Nadie Parecía se considera, no obstante, una publicación plenamente madura, de hermoso diseño editorial, en el que es perceptible la huella del poeta y tipógrafo malagueño Manuel Altolaguirre, entonces exiliado, tras la reciente conclusión de la Guerra Civil española.

A esta madurez contribuyó la nómina de sus colaboradores entre los que figuraban, además de Lezama y Ángel Gaztelu, sus directores, los cubanos Eugenio Florit, René Portocarrero y Luis Antonio Ladra y los españoles Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén, José Moreno Villa, Bernardo Clariana, el argentino Vicente Barbieri y el mexicano Alfonso Reyes.

En los diez números de la revista se reprodujeron cuadros y viñetas de Mario Carreño y Roberto Altmann, entre otros artistas, como muestra del interés de Lezama Lima por las manifestaciones plásticas.

La profesora de Literatura de la Universidad de Sevilla Gema Areta, que cuidó igualmente de las anteriores ediciones facsimilares de Verbum y Espuela de Plata, recuerda que Virgilio Piñera adjetivó Nadie Parecía como "revista de catolicidad" y que, en efecto, la publicación literaria, subtitulada Cuaderno de lo Bello con Dios corroboraría "la apetencia teológica de la cosmovisión" del poeta.